Todos los humanos son buenos; todas las mujeres son románticas; todos los hombres son valientes; todos los cuerpos necesitan cariño, caricias; todos los matrimonios buscan la tranquilidad, o sea, la paz; «conócete a ti mismo»; todos los publicistas son creativos. ¿Cuántas generalidades oyes todos los días?, ¿cuántas son ciertas?, ¿son los refranes verídicos? Un `insight´, muchas veces, para ser encontrado no necesita que lo investiguen, que lo busquen: en nosotros, dicen los románticos publicistas, los experimentados, está todo. Un `insight´, digámoslo provisionalmente, es una masa, sí, una masa de imágenes, palabras y recuerdos que vive en nuestro interior, en nuestra memoria, para ser más claros. El buen publicista sabe darle orden al desorden. «Tú quieres esto por esto otro, pero no lo sabías y yo sí lo sé» debería ser el eslogan o lema del buscador de `insights´; «Tú no sabías que tal costumbre, o tradición, en silencio, metió en ti este gusto, pero yo lo sé, y te lo notifico», debería ser el razonamiento del cazador de tendencias. Recordemos que las palabras son la extensión de nuestra consciencia; recordemos que la consciencia es la parte visible del inconsciente, según el viejo Freud; recordemos, en fin, que el inconsciente está hecho de olvido, como dijo un poeta de Argentina; recordemos, luego, que conocer es recordar, que la publicidad que trae a colación recuerdos, es decir, que trabaja más con el corazón y la nostalgia que con la razón, como dijo el buen Cardós, es la publicidad más efectiva. ¿Te conoces? ¿Conoces tu corazón? Bien, pues entonces conoces la esencia humana y estás listo para hacer gran publicidad. Imagen cortesía de Fotolia.
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