¡Oh, desterrado, quien ose atentar contra la naturalidad de ma publicité!
En la búsqueda altruista por encontrar el tesoro más preciado, un publicista perdió el mapa. Desde aquel momento y hasta el día de hoy, estamos condenados a repetir su error.
Bueno, suficiente con romanticismos. Aquí la pregunta real es: ¿qué ha pasado con el contenido de valor en la publicidad? ¿Acaso perdimos el mapa que nos guía hacia él? ¿O quizás lo que perdimos es las ganas de crearlo?
A qué me refiero con esto: estamos enfrascados en vender contenido, en lugar de hacerlo con el fin de divertirnos y divertir con él. En lugar de sentarnos a pensar cómo podemos hacer evolucionar una idea a partir de un buen insight, nos sentamos a crear un jingle con la misma melodía e incluso letra. No, no soy una autora fatalista, sólo temo por esta industria.
Vamos a demostrarlo con un ejemplo puntual y, de hecho, bastante familiar: Me levanto, desayuno, voy a trabajar, regreso a casa, ceno con mi familia y a dormir. ¿Es eso un insight? ¿Es eso contenido de valor que vale la pena compartir para enamorar y encantar a mi audiencia? Como publicistas podemos llegar a afirmar con rotundidad que NO, no lo es. Sin embargo, cuando analizo campañas publicitarias veo que cada vez más confundimos las verdades absolutas con un insight. ¿Cuáles son las campañas que nos ponen la piel de gallina? Las que tienen un “wow moment”, aquellas que te hacen decir “Oh, por Dios, yo pensaba que era la única persona sobre la tierra que hacía eso”; es en ese momento donde los consumidores sienten que el mensaje de la marca es personal, bien pensado y para ellos, afianzándose a él y creando un love mark.
Además del storytelling, los insights son sencillamente la herramienta más eficaz para atraer a un consumidor. Como ya he mencionado anteriormente en otros artículos, las marcas y anunciantes subestiman a su consumidor: ellos ya están listos para comprar, tienen el dinero en sus manos y sólo esperan un impulso, por más mínimo que éste sea, para consumir. Teniendo esto en consideración, las marcas no deben tener como objetivo primordial el querer incrementar sus cifras, sino volver a la publicidad creativa que envía un mensaje que se cuela por debajo de la piel y saca a flote las emociones más humanas, lo que nos hace personas.
Los mensajes como “unión”, “confraternidad”, “familia”, entre otros, ya se encuentran desgastados, es verdad, pero no tenemos que usarlos de la misma forma. En la búsqueda implacable y valiente por crear contenido de calidad en estos tiempos, un creativo tiene que ser capaz de ver a su alrededor en búsqueda del material perfecto que hace que a él mismo se le enchine la piel. ¿Por qué? Porque nacimos de la generación que quiere siempre aportar algo más, y ese extra tiene que ser lo mejor. Los insights que verdaderamente valen la pena son aquellos que, al observar nuestras acciones del día a día, los podemos ver con mayor claridad y decimos a nuestros adentros “No puedo creer que no lo haya visto antes”.
Tenemos la obligación de dar calidad porque, sea como sea, los publicistas ofrecemos un servicio y, a diferencia de otros, nuestro trabajo se basa en entretener: somos el verídico príncipe azul que rescata al mundo, ¿o creen que el storytelling en la publicidad fue creado para vender? Lo que pocos comprenden es que nos encontramos inmersos en una profesión tan genial en donde, para lograr nuestro cometido en la industria, también tenemos que disfrutar nuestro paso por ella.
La búsqueda del insight perfecto se puede resumir en una sola palabra: divertirse. Es momento de tomar las riendas y darnos cuenta que estamos haciendo campañas aburridas que sólo impulsan a la venta porque creemos que las verdades absolutas que se encuentran a la plena luz del sol son los insights más ocultos cuando, claramente, no es así.
Te invito, oh, knight in shining armour, a que recorras tus pasos fijándote en lo que haces, en quiénes están a tu alrededor, y comienza a crear contenido que disfrutes, insights que tú mismo hayas experimentado. El afiliarnos a un mensaje de marca que ya se encuentre gastado es solo una oportunidad más grande para darle la vuelta, sentarse a pensar y explotar toda idea que pase por tu cabeza. Vamos, que nuestra profesión es la más divertida de todas; trabajar es básicamente salir a buscar y darnos cuenta que la respuesta está en nuestras experiencias, en nosotros mismos.
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