En el escenario de la conferencia tecnológica South by Southwest (SXSW) en Austin, Texas, se presentó recientemente un espectáculo inusual: el debut de Digital Marilyn, un avatar hiperrealista de la legendaria Marilyn Monroe. Este proyecto, impulsado por Authentic Brands Group y Soul Machines, busca revivir la icónica imagen de la actriz en el mundo digital, utilizando tecnologías avanzadas como procesamiento de lenguaje natural y aprendizaje profundo, incluso con la colaboración de GPT 3.5.
Sin embargo, este acontecimiento no ha estado exento de controversia. La elección del Día Internacional de la Mujer para su presentación ha sido recibida con críticas, ya que la explotación de la imagen de una celebridad fallecida sin su consentimiento contradice el espíritu del feminismo que se celebra en esta fecha.
Mientras Digital Marilyn promete compartir anécdotas íntimas y ofrecer saludos personalizados en conversaciones de hasta 20 minutos, evocando la esencia de películas como «Los caballeros las prefieren rubias», muchos cuestionan la ética detrás de este proyecto. ¿Es realmente un homenaje a la memoria de Marilyn Monroe o simplemente una forma de capitalizar su legado sin su permiso?
El uso de la inteligencia artificial en el entretenimiento ha sido objeto de intenso debate en los últimos tiempos, especialmente durante la reciente huelga de actores de Hollywood. Organizaciones como SAG-AFTRA han luchado por protecciones adicionales contra el uso de clones de IA para reemplazar a los actores, lo que plantea interrogantes sobre la ética y el consentimiento en la era digital.
Zelda Williams, hija del fallecido Robin Williams, ha expresado su preocupación por esta tendencia, calificándola de perturbadora y criticando la recreación de las voces y los rostros de los fallecidos. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, la línea entre homenaje y explotación se vuelve cada vez más borrosa.
Para empresas como Soul Machines y Authentic Brands Group, la generación de avatares digitales de celebridades representa no solo una forma de mantener viva la “magia” de estos personajes, sino también una oportunidad de monetización. Sin embargo, el uso de derechos de imagen y la representación de figuras históricas y culturales plantea importantes cuestiones éticas que no pueden ser ignoradas.
A medida que la inteligencia artificial continúa avanzando, es probable que el debate sobre el uso de avatares digitales, chatbots inspirados en celebridades fallecidas y derechos de imagen se intensifique. ¿Dónde trazamos la línea entre la preservación del legado y el respeto por la privacidad y el consentimiento de los individuos, incluso después de su muerte? Esta es una pregunta fundamental que la sociedad y la industria del entretenimiento deben reflexionar.
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