OpenAI ha salido a admitir que las herramientas para detectar textos creados por IA no son precisamente Sherlock Holmes. A pesar de que cada vez más gente está usando las IA, como el famoso ChatGPT, para dar rienda suelta a su creatividad o hacer todas sus tareas (¡hasta se venden libros hechos con esta tecnología en Amazon, lo cual es un problema!), parece que los radares para pescar a las IAs en acción son un desastre.
OpenAI, una de las grandes en el mundo de la inteligencia artificial, declaró que estas herramientas son tan inútiles como un paraguas en el desierto. En otras palabras, no sirven para distinguir si un texto fue escrito por una IA o por una persona de carne y hueso.
En una especie de sesión de preguntas y respuestas para profesores en su página web, OpenAI fue directo al grano: los detectores de IA no dan la talla. Incluso ellos, que tienen su propio detector de contenido generado por IA, admiten que ninguno de estos bichos es capaz de decir con seguridad si un texto es obra de una IA o de un humano.
Para poner a prueba la ineficacia de estos detectores, OpenAI los sometió a unas pruebas. Resultado: los detectores marcaron como contenido autogenerado textos escritos por seres humanos, como obras de Shakespeare o la Declaración de Independencia de Estados Unidos. ¡Vaya chasco!
Además, descubrieron que algunos estilos de escritura, como los de estudiantes que están aprendiendo inglés como segunda lengua, también confunden a estos detectores. Así que ya sabes, si alguna vez un detector te acusa de ser una IA, ¡culpa a tu estilo de escritura «formulista y conciso»!
La conclusión de OpenAI es clara: no confíes en estas herramientas si eres profesor o educador para saber si un texto es obra de una IA o no. En lugar de eso, sugieren que fomentemos el uso ético y responsable de IA en diferentes contextos educativos.
Y por si no fuera suficiente, OpenAI también reveló que ChatGPT, su niño mimado, no tiene ni idea de lo que está escribiendo porque a veces, se saca respuestas e información de la manga cuando le preguntan algo. Así que, si alguna vez te topas con una respuesta aleatoria de ChatGPT, ya sabes que no puedes confiar en su palabra.
En resumen, OpenAI nos ha dado un buen toque de atención: los detectores de textos generados por IA son tan fiables como un pronóstico del tiempo. Así que, ¡mejor no confíes ni tomes decisiones importantes basadas en estos chismes tecnológicos!