Es increíble ver cómo aparecen políticos fungiendo como los grandes salvadores de los pueblos, pero es más increíble ver cómo esas sociedades lo creen, ese complejo se le llama síndrome mesiánico y a más de ser un denominador común de sociedades sin criterio también es un reflejo de la comodidad de los pueblos, si para salir de la crisis alguien propone que todos debemos trabajar, perderá popularidad ya que las preferencias irán por el candidato que oferta cambios sociales a costa del voto, sin esfuerzos, sin sacrificios todo cambiará y se alinearán los planetas en pos de que se arreglen las vidas de los votantes.
Si hoy aparece un nuevo candidato muy serio y le dice al pueblo la verdad que se requiere para salir de las crisis; trabajo, sacrificio y cambio de la visión por parte de todos, es seguro que lo sepultan políticamente, no importa qué tan buen prospecto sea o qué tan real haya sido su plan, preferimos discursos tipo globos de helio que suben por los cielos y cuyo único sustento puede reventarse al primer pinchazo.
Luego, cuando llega al poder un candidato y empiezan los escándalos por corrupción u otros similares, es el mismo pueblo quien juzga a toda la clase política, a estas sociedades las llamo empty, el factor común en las mismas es orgullo de no leer ni un libro en la vida, preferir que llegue la película y aun así no ir a verla ya que esperan al disco pirateado, alumnos en crisis emocional que no pueden ser orientados por los profesores por temor a que les enjuicien los padres y por pereza de asistir a su verdadera responsabilidad en la sociedad, padres con desespero de que nada les toque ni roce a los niños, que no se esfuercen por nada, pastillas para bajar de peso, cirugías para verse y sentirse mejor, si la filosofía de estas sociedades es la de «BONITOS Y GORDITOS» es lógico ver cómo la crueldad de un grupúsculo de sabios light los conduce cada vez más al despeñadero.
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