En el mundo de la publicidad hay dos tipos de personas, los que entran por convicción, y los que lo hacen por el ‘glamour’ que la industria, se supone, representa. En estos últimos es común encontrar varias ‘enfermedades’ que tarde o temprano padecen, ya sea una de ellas o todas por junto, pero de algún modo, esto es tan real y tangible, que tú que me lees posiblemente conoces a uno o varios portadores de los siguientes padecimientos… Egotitis: Se puede presentar en dos momentos de la formación de un publicista. El primero, cuando éste inicia su carrera y proviene de una universidad donde lo que más importaba era el carro en el que llegabas. El segundo ocurre cuando el publicista en cuestión obtiene su primer ascenso, normalmente a Director Creativo o Director(a) de cuentas. Síntomas: Comer sólo cosas orgánicas, incapacidad para ver más allá de su nariz, hablar sólo sobre sus logros, pensar que los tacos de canasta son el alimento más naco (pese a que eso comía cuando iba en la universidad), vivir en una zona hipster, como Condesa o Roma. Nota: Si es hombre, y la barba le mide más que su cabeza, ¡cuidado! Porque ya no tiene remedio. SIA (Síndrome de Incredulidad Adquirida): Esta enfermedad es recurrente en los creativos que tienen cierto grado de poder, como Director Creativo o Director Creativo Asociado, y es fácilmente reconocida porque normalmente el paciente es infectado por otro portador, como su anterior jefe. Síntomas: Decir frases como ‘no me mata’, ‘no es catchy’ o ‘le hace falta punch’ ante cualquier idea que le presentan, sin importar que tan buena o mala sea, pues normalmente no escucha a su interlocutor, solo lo rechaza debido al SIA que corre por su sangre. Nota: Toma tus precauciones si un portador de SIA se enfrenta ante alguien de sus mismas condiciones, ya que eso podría terminar en un ADE (Ataque de Egos), en el cual solo puede haber un ganador. Hyper Activismo Crónico e Hyper Artistismo Crónico: Suele ocurrir en la etapa madura del publicista, y se identifica por afectar la esencia original de su portador, otorgándole un falso don “divino” donde, de un momento a otro, cree ser un activista de sillón o un artista del momento. Síntomas: En aquellos que se dedican a escribir, copy les dicen, suele pasar que creen que por fotografiar una manzana ya están capturando su naturalidad y espontaneidad frutal (aunque hayan usado un filtro de Instagram para obtenerlo). Y en el caso de los que trabajan diseñando, se les conoce como artes, les da por escribir columnas, poemas y libros, justificándose con la frase ‘pues cualquier puede escribir, ¿no?’. Asimismo, el Hyper Activismo puede presentarse en ambos tipos de paciente, solo que en ese caso, les gusta citar libros ‘revolucionarios’ y argumentar cualquier idea con un reportaje de Aristegui para hacerte consiente de que, ‘el sistema nos está espiando’. Nota: Evita decirles frases como ‘no eres fotógrafo’, ‘no eres Carlos Fuentes’ o ‘Eres un chairo’, porque de lo contrario, te atacaran con sus argumentos hasta convertirte en uno de ellos, ¡cuidado! Esto es, evidentemente, solo una parodia de lo que vivimos diariamente en las agencias de publicidad, así que vamos, no te sientas ofendid@, mejor compártele el artículo a alguien que creas que padece una de estas ‘enfermedades’ y ríete con él (ella), o de él(ella), como te sea más divertido. Imagen cortesía de iStock
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