Algunas personas pueden cambiar más, otras menos; lo importante es que el cambio es posible. Convertirte en un individuo creativo e innovador está en tus manos y a un clic de distancia: cientos de blogs, libros y charlas TED conforman un superávit de recursos y aprendizaje, listos para ser devorados. Aun así, ¡cómo cuesta ponernos las pilas! ¿Eres del equipo “comienzo mañana” o “mejor el lunes”? El ser procrastinador existe en nosotros, ¿por qué mañana será mejor que ahora? ¿por qué usamos el clic de distancia para terminar mirando el techo en vez de construir nuevas habilidades? ¿Por qué? Pues porque el cambio requiere esfuerzo, voluntad y suscita trabajo. Porque la transformación implica introducir nuevas coordenadas en nuestro día a día que nos obligan a pensar y comportarnos de otra manera. Cambiar, transformar, reinventar. En este último concepto está la clave; el santo grial de la vivencia. «Reinventarse siempre es algo provocado, por lo general no cambiamos si no se nos obliga a ello —asegura el profesor y psiquiatra Luis Rojas Marcos—. Reinventarse no sólo consiste en creer en cosas en las que antes no se creía, sino en tener otros comportamientos. Para cambiar de rutinas hace falta tiempo, pero también esa voluntad que solo se posee cuando somos conscientes de que debemos cambiar». Las organizaciones no son ajenas a esta circunstancia. También cambian y se transforman. Necesitan equipos de trabajo para producir productos o servicios creativos. Mi recomendación al respecto es que antes de llegar a transformar el ecosistema del trabajo es menester comenzar por nuestra transformación. Empoderanos y hacernos cargo; es decir, volvernos protagonistas de nuestra vida. Para que la creatividad llegue a buen puerto es necesario crear nuevos y permeables escenarios para que el diálogo con nosotros mismos y con otros suceda. Ser co-creativo significa no limitar nuestra creatividad a los momentos en que somos protagonistas sino también asumir un rol activo como miembros de una comunidad colaborativa, compartida, colectiva y comunicada. Para crear, para innovar, tenemos que elegir. Tenemos que decidir. Y eso implica transformaciones en los valores y modificaciones a los marcos de referencia. Comenzando a trabajar cuando dejé de trabajar. Haciendo mucha fuerza para vencer a la procrastinación. Con voluntad y entusiasmo; yo decidí ser protagonista de mi vida; hoy y ahora elijo ser creativo ¿Y tú? ¿Mejor el lunes o ya mismo? Imagen cortesía de iStock
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