La publicidad y el marketing siempre han buscado persuadir e influir en los consumidores para que adquieran un producto o servicio. Se trata de enamorar, entender y enganchar al cliente potencial hacia un proceso de compra, para, de esta manera, crear un lazo de fidelidad. El arte de influir en las personas consiste en tener el poder para que un individuo realice una actividad de manera voluntaria y deliberada, beneficiándonos mediante una acción realizada por medio de la persuasión. Cabe mencionar que no es lo mismo influir que manipular. Esta última busca que la audiencia realice una actividad en contra de su voluntad, y que a menudo puede ser de carácter perjudicial. Ahora bien, la pregunta del millón de dólares: ¿Cómo influir en los consumidores? Ciertamente no existe una receta mágica que haga que los clientes compren, sin embargo existen algunas técnicas, como las que verás a continuación, que ayudan a guiar al consumidor hacia la compra de un producto. Mostrar interés por el cliente. Cuando un vendedor realiza la labor de prospección y consigue una cita con el cliente potencial, lo único en lo que piensa es vender. Es decir, busca que el interlocutor tenga interés por sus productos o servicios, pero ¿Qué sucede si el prospecto no se encuentra del todo interesado? ¿No será que primero debemos mostrar interés hacia él para que exista reciprocidad? Es así, el consumidor es reacio ante el ferviente intento por parte del vendedor si no existe un sincero interés por parte del mismo. Los consumidores quieren saber cómo es que su vida o situación va a mejorar mediante el producto o servicio que ofreces, enfocándote en su satisfacción, no en la de tu bolsillo. ¿El cliente siempre tiene la razón? No de manera absoluta, sin embargo siempre hay que hacerles pensar que la tienen. Cuando privas al consumidor de la razón, indudablemente lo perderás. En este sentido, debes evitar las discusiones y neutralizar las discrepancias con aspectos positivos y favorables para ambas partes. Es de suma importancia crear la habilidad de rebatir de manera inteligente las objeciones del cliente sin caer en la soberbia, asimismo deberás detectar sus intereses y persuadirlo de tal forma que siga teniendo la razón. Generar confianza. La confianza hace que las personas estén más abiertas a externar su situación y son más susceptibles para dejarse influenciar, en tal virtud podrás aprovechar ese sentido de familiaridad para generar un vínculo estrecho, mismo que te ayudará a generar empatía y brindarle al consumidor lo que necesita, de tal forma que ambos salgan beneficiados. Después de seguir estos sencillos pasos, habrás generado un entorno adecuado para ejercer influencia sobre tus clientes. Recuerda, el consumidor quiere que muestres un interés sincero hacia él, desea que soluciones sus problemas y no que lo ataques con un trillado speech de ventas; además, siempre quiere tener la razón y necesita sentirse importante con ello; también lo deberás sorprender con un ambiente confiable en donde prime la empatía y se haga énfasis en sus intereses. Si has terminado de leer este post te felicito, eso denota que eres una persona inteligente que se ocupa por adquirir conocimientos valiosos y que transmite su sabiduría compartiendo este artículo en sus redes sociales. ¡Hasta la próxima! Imagen cortesía de iStock
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