Grande labor la del escritor, sobre todo la del político, que tiene que improvisar, aparentemente, todos los días. ¿Para qué improvisaciones si podemos apelar a alguna metodología que nos saque de apuros? Compartimos aquí, en nuestro blog, cuatro grandes técnicas persuasivas para políticos, técnicas comprobadas por grandes redactores, desde políticos hasta publicitarios. Leamos: Tautología: técnica utilísima para dar arengas públicas, para urdir axiologías empresariales, programas y agendas, certezas y confianzas, presupuestos y supuestos. Ejemplo: «Sé que México padece problemas económicos; sé que no es el mejor momento político del país; sé, además, que la globalización nos aprieta. Pero también sé que somos un pueblo unido, y sé que jamás nos hemos quedado atrás». Nótese en uso del sé, que provoca emotivos efectos. Metonimia: técnica consistente en hacer hablar a los hechos y harto eficaz para allanar ánimos después de algún desastre natural o social. Al usarla echaremos mano de conceptos abstractos que hablen o simulen hablar por sí mismos. Ejemplo: «El progreso nos acucia con su velocidad; la naturaleza no espera y quiere ser usada; la sociedad, trabajadora, desea un mejor futuro, y por todo lo anterior México arrostra el porvenir con manos sólidas». Inculpación de las torpezas: técnica efectiva para explicar ideas absurdas, para justiciar la pasividad y para llevar hasta la sinrazón las tesis de los contrarios. Es menester, para que funcione, enristrar palabras trilladas y odiadas. Ejemplo: «Usted dice que es necesaria una reforma, pero yo estoy en contra de la anarquía educativa; usted, además, afirma que las importaciones son benéficas para el país, pero yo abogo por la justicia, por la igualdad en el derecho comercial». Inflación de valores: técnica emotiva útil para exaltar a cualquier audiencia, pues usa valores universales y a veces incoherentes, para argumentar razones. Ejemplo: «Muchos dicen que soy necio, pero realmente estoy del lado de la perseverancia; muchos me tachan de inocente, pero confío en que con la esperanza podemos salir adelante». Imagen cortesía de Fotolia.
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