1- Tu agencia es nueva, pero la gente que trabaja en ella, esperamos, no lo es. Al presentar tu marca habla más de la gente, de su experiencia, y menos de tu marca. Las raíces de toda empresa están en la gente. No minimices a los otros.
2- No seas tímido, no creas que tus grandes logros parecerán en tu boca mera vanagloria. Gloríate de tu esfuerzo, de tu experiencia laboral y ten seguridad al hablar. ¿Confiarías en un abogado tímido o en un médico tremolante?
3- Usa tecnicismos, arenga profesional, datos estadísticos, argumentaciones teóricas; usa todas las herramientas necesarias para persuadir. Recuerda que persuade el elocuente, el que parece bien informado y documentado. Que tu discurso sea lácteo (educador), facundo (energético), elegante (ordenado) e ingenioso (humor).
4- No mientas, no te eches el mundo encima prometiendo cosas que no puedes hacer. Si careces de cabina radiofónica, dilo. Si no tienes muchos redactores y no puedes redactar la publicidad de cien sucursales, dilo, sí, pero ofrece una solución. Si no tienes diseñadores experimentados, confiésalo, pero brinda soluciones.
5- No te vendas como agencia de publicidad así nomás. Especialízate en algo. «Mi agencia», di, «es la mejor en la creación de guiones de televisión».
6- No satures al posible cliente con ejemplos de marcas que hacen bien su trabajo, es decir, no hagas que se sienta mal o culpable el posible cliente. El médico no te cuenta, durante una hora, las proezas del campeón mundial de natación, ¿verdad?
7- Respétate, haz respetable tu trabajo, y no dejes que un cliente necio desbarate tus procesos, tus tiempos. El trabajo debe ser un gusto, un placer, una alegría, no un suplicio, no un cansancio o infierno.
8- Medita en la clase de clientes que quieres, en el perfil psicológico que deseas en tus clientes, pues haciéndolo las marcas para las que trabajes estarán alineadas con la axiología empresarial de tu agencia, de tu nueva empresa. Busca a tu Batman (cliente estrella) y sé un buen Robin (ayudante, agencia).
9- Rodéate de los mejores, no de puros novatos. Aprende a respetar el conocimiento. Si un recién egresado te enseña, ¡aprende! Los mejores se distinguen por lo siguiente: trabajan poco pero con harto talento, y el talento, no lo olvides, es un acelerador de procesos.
10- Define si quieres una empresa o un simple negocio (ambas opciones son valiosas). Si negocio quieres, enfócate, concéntrate en la venta, en la producción veloz, eficaz y eficiente. Si empresa quieres, entonces sazona cada proyecto, prepáralo como quien prepara un campo de guerra.
Imagen cortesía de Fotolia.
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