“Hola. Gracias por el follow. Encantado de que conectemos en Twitter”. Estamos ante una respuesta automática programada para dar la bienvenida a un nuevo seguidor de dicha red social. Bueno, hasta ahí… puede llegar a pasar, aunque con ciertas reticencias. Pero un segundo mensaje directo con algo similar a “También estoy en otras redes sociales compartiendo artículos diferentes a los de Twitter. Te espero en tal o cual link” ¡No! ¡Eso no! Hay veces que queremos ser tan encantadores para “atrapar” y fidelizar a nuestros seguidores que nos pasamos y producimos el efecto contrario: un rechazo absoluto por parte del follower, que percibe el mensaje como si de spam se tratase. Una reacción que en muchos casos se traduce en un “unfollow” igual de inmediato y automático que el mensaje de envío programado. Primer mandamiento, no spamees El abuso de mensajes automáticos nos puede pasar factura, tanto si hablamos de perfiles personales o profesionales individuales como si representamos a una gran marca o a una pequeña empresa. Cada vez son más los usuarios que detestan esta práctica, sobre todo los que llevan más tiempo siendo usuarios de la red social. Por mucho que el gestor del perfil trate de personalizar sus mensajes de bienvenida, el seguidor detecta al vuelo la estandarización de éstos y puede llegar a sentirse ofendido por “insultar” su inteligencia. Los seguidores hay que ganárselos poco a poco, publicando contenidos interesantes en nuestras actualizaciones públicas. El follower que se sienta atraído por nuestras publicaciones nos buscará en las redes sociales que crea oportuno, sin necesidad de “mendigar” su atención. No obstante, eso no quiere decir que debamos dejar de dar facilidades para canalizar el tráfico de visitantes de unos perfiles a otros (y, como objetivo final, a nuestra web o blog corporativo), asociando unas cuentas con otras o mostrando los links de nuestros diversos perfiles en la información pública de cada uno de ellos. Pero es necesario que sea el usuario el que busque ese canal. Así captaremos seguidores, amigos o contactos realmente interesados en nuestros contenidos, segmentando mejor nuestro público y logrando una mayor eficiencia. ¿Qué publico para fidelizar a mis seguidores? Nuestro objetivo debe ser convertirnos en una referencia en nuestro sector o materia. Es decir, compartir o twittear contenidos relacionados con nuestro campo, ya sea mediante material propio (publicación de posts en un blog personal o corporativo) o ajeno (seleccionando publicaciones interesantes al respecto). En el segundo caso no es suficiente con publicar un titular y un link, sino que hay cuidar los pequeños detalles como comprobar que estamos dirigiendo a nuestros seguidores a la fuente original y citarla. No queda bien “recomendar” un post en el que a su vez se hable de otro post. Nos dirigiremos al primero y será este autor o página a la que mencionaremos con un “vía” seguido de la fuente (@roastbrief, por ejemplo) para atribuir la autoría a quien realmente corresponde. Obviamente, un buen filtrado de contenidos también es imprescindible para convertirnos en referencia y cualquier breve comentario o análisis que realicemos sobre el post aportará un valor añadido que nos distinguirá de las demás cuentas de Twitter que también realicen buenas selecciones de contenidos. En resumen, debemos ser cautelosos con las respuestas automáticas y los mensajes programados en general. Si bien es cierto que automatizar y programar ciertas publicaciones y mensajes en Twitter permite agilizar en la gestión de los perfiles de redes sociales, no es la panacea. Abusar de sendos recursos sin sentido común despersonalizará nuestro perfil y nuestros seguidores, lejos de sentirse escuchados, tendrán la percepción de que realmente no hay nadie “del otro lado” y perderán cualquier tipo de interés que pudiéramos haber despertado anteriormente en ellos. Imagen cortesía de Fotolia.
Comentarios