Este puente tan esperado por estudiantes y trabajadores, el último descanso antes de las vacaciones navideñas resultó ser provechoso para las miles de tiendas que participaron en el Buen Fin. Desde grandes marcas hasta pequeños establecimientos locales se unieron a los raquíticos descuentos con tal de vender un poco más y “reactivar la economía mexicana”. Lo que muchos mexicanos consumidores no ven, es que el Buen Fin no es bueno para ellos. Lo es para las marcas que se unen a la causa porque en realidad no ofrecen disminución en los precios, sino algunas promociones que otorgan comodidades en pagos a crédito. Es así como les llegará la resaca de las compras, acortándoles la emoción de estrenar. Y a todo esto ¿qué papel cumplen la publicidad y la mercadotecnia? Sólo la de informar, pues no obligan a nadie a comprar. Sólo comunican que probablemente se puedan encontrar descuentos en ciertas tiendas y que aprovechen la oportunidad; cada quién decide si se deja engañar por los precios y las ofertas para dar un buen fin a los ahorros.
Comentarios