Esta es la historia de un estratega que comenzó sus días repartiendo productos en las tiendas de conveniencia. Al inicio se quejaba, pues tenía que cargar, contar, supervisar y verificar que todo estuviera en su lugar. Siempre sucio, siempre sudado, siempre fatigado y siempre oyendo las quejas de los mayoristas y de los minoristas, aprendió a oír al cliente. Un día decidió pedir trabajo en una agencia de publicidad. En la agencia no encajaba, pues no sabía redactar con gracia, diseñar con estilo, crear pautas de medios o producir audiovisuales. Pero algo sabía hacer bien: entender al consumidor. Él sabía que las marcas descuidan su distribución. Una buena publicidad se va al caño si en el punto de venta no hay congruencia con lo comunicado. Al inicio, una marca de refrescos distribuía sus productos y el tendero se encargaba, de alguna manera, de vender tales refrescos. ¿Cómo lo hacía? Nadie lo sabe. Esto afectaba la percepción del refresco. El problema con esta distribución descontrolada, era que no sabíamos cuáles eran los argumentos que daban los vendedores al ofrecer nuestro producto. Así, el branding se va al demonio. Las marcas, percibiendo lo anterior, unieron sus esfuerzos con los vendedores. La publicidad sería responsabilidad de ambos, tanto del vendedor como del fabricante. Nuestro amigo, en su primera agencia de publicidad, pudo contribuir con el departamento de planeación. Acomodo de producto, percepción, luz, clima, temperatura, argumentos de venta y de compra, todo, todo, todo lo sabía el recién llegado al mundo de la publicidad. Trabajar en ventas, en distribución o en trademarketing, agudiza nuestra percepción sobre los usos y las costumbres del cliente. De nada sirve una buena publicidad si no sabemos cómo o en dónde colocar el empaque. De nada sirve un buen precio si nuestro producto no está a la vista. De nada sirve una promoción genial o una venta cruzada ingeniosa si el vendedor no está enterado de ella. En fin, que recomendamos pasar por la experiencia de vender, de distribuir o de acomodar productos antes de entrar a una agencia de publicidad. Nada mejor que saber distinguir entre materiales temporales, corporativos y señaléticos en el punto de venta. Buen día, Comunidad Roastbrief.
Comentarios