Según la teoría de la evolución, el hombre nació para permanecer en compañía de otro espécimen de sexo opuesto para formar un vínculo sentimental. Según la doctrina católica, hombre y mujer deben unirse en un compromiso eterno para que sus vidas se conjuguen y formen un hogar. Según el sentido común, uno debe tener una pareja para sentir apoyo, protección y hasta manutención en momentos de adversidad. Según mi propia teoría, no tengo ni idea porque ando sin pareja. Al parecer no soy el único que pasa por esta condición. La situación da para hacer el paralelo con las empresas que no logran generar “una relación amorosa” con sus clientes (engagement). Es bien sabido que la tendencia del mundo actual es enamorar, cautivar, sorprender, alimentar, conquistar, ligar, cortejar y todo lo que termine en ar… De hecho, compañías líderes han demostrado cómo se hace un verdadero ritual de cortejo para que los clientes “caigan rendidos” a sus encantos y lleven sus productos. Casos como Coca-Cola, Samsung, Apple, Ikea, Kia, Movistar, son algunos que han logrado sostener una relación satisfactoria con los clientes y tienen un elevado nivel de “estima” en la población. Las personas se enamoran fácilmente; es cuestión de generar Rapport y acompasar su conducta para generar feeling (ahora llamado “flow”). En materia de Marketing, es cuestión de montar el plan, ejecutarlo, evaluar los resultados y controlar paulatinamente su mantenimiento. Pero, al parecer es misión imposible, ya que, con cualquier conducta negativa del mercado, o bajo cualquier reclamo que las personas realizan, da para retirar las acciones de comunicación y mandar todo a la borda. Es bien sabido que, si uno está sólo, es por decisión propia (no crean que no tengo pareja porque no me buscan; al contrario, tengo mi “flow”) Lo que no cuadra es que las empresas decidan romper solitas las relaciones que por mucho les ha costado enamorar. ¿Cuánto creen ustedes que vale acortejar un cliente? ¡UNO SOLO! ¿Cuánto creen ustedes que cuesta CONVENCER a ese prospecto que nuestro producto se adapta mejor a sus requerimientos respecto a los demás competidores? ¿Cuánto creen ustedes que vale enaltecer sus atributos de valor que generan un diferencial excepcional? ¡Todo eso le vale billete! v Entrenar constantemente a su personal, ¡cuesta! v Implementar tecnología de punta, ¡cuesta! v Aplicar modelos de economía sostenible, cuesta al principio v Capacitarse usted mismo para mantener al día en su segmento, ¡cuesta! v ¡Levantarse día tras día para llevar a cabo las mejores acciones, ¡cuesta! ¡Y cuesta más convencer a su equipo de trabajo que se levante día a día con el mismo ímpetu con que usted lo hace! Toda relación “amorosa” cuesta, pero en el caso empresarial, ese costo le traerá suficientes beneficios como para que compense a toda su plantilla y, además, para que consienta permanentemente a sus clientes y erradicar cualquier coqueteo de sus competidores. Un cliente fiel vale por dos, así que siga en su relación y no deseche todo el esfuerzo realizado sólo por obtener una “aventurilla” comercial, que quizá le romperá el corazoncito a su cliente y lo deje para siempre sin su platica. En mi plano personal decidí seguir Forever Alone por un tiempo; mientras que en el plano profesional, tengo varios romances profundos a los cuales alimento día a día la llama de la pasión y el deseo. Imagen cortesía de Shutterstock
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