En un mundo actual donde todo tiene que estar en línea y pasar por un proceso de certificación, encender el radio viene siendo el último acto de confianza real entre el emisor y el receptor. Es la radio el medio que ha sobrevivido plenamente a la credulidad de una población que más allá de preferirla, la ama. Todo comenzó con la radio. Fue Orson Welles quien paralizó una ciudad con “La guerra de los mundos”, porque su obra fue tan vívida que pudo llegar al inconsciente y detonar el miedo, porque le creían. Todos los que vivimos urbanamente hemos soñado y viajado alguna vez al ritmo de una canción escuchada en la radio, no hay quien pueda negar eso. La radio va ligada al amor, al dedicar una canción o pedir una complacencia. La radio es compañía, el radioescucha sabe que del otro lado hay mujeres y hombres, que pese a sus propios problemas, están firmes y de frente dando lo mejor de sí. Cada medio tiene su propio sistema de certificación, la televisión nos da referencias de preferencia a partir del llamado rating. En línea, las mismas direcciones IP y demás puntos de origen y acceso, dan información sobre los sitios más visitados. Sin embargo la radio tiene otros indicativos, “dime cuántos canales tienes abiertos y te diré cuál es el alcance de tu mensaje”. En los inicios eran las cartas vía correo tradicional el primer enlace con el público, aquel que esperaba el día que el anunciador le diera lectura a su misiva y mencionara los amores que se gestaban en su corazón tierno, confiado en que la voz que locutor en turno adoptara su sentir. Apareció después el teléfono, las llamadas eran interminables, pidiendo escuchar el éxito del momento o solicitando saludos especiales, esos que son más intensos y lindos y que van más allá de un simple hola, que llevan consigo un “fulanito te quiere mucho y te dedica esta canción con mucho cariño”. Tiempo después la telefonía celular nos dio la oportunidad de enviar mensajes de texto, que ahora han sido desplazados por la llegada de whatsapp, este servicio de mensajería vía internet hoy nos permite recibir a los que estamos frente al micrófono la alegría, tristeza y euforia de la gente, esa que no se queda callada y opina con todas sus letras, que comparte su voz en notas e imágenes, que nos permiten conocer su entorno y su vida. Hoy te pido que enciendas la radio, conectes tu corazón y dejes volar tu mente. Permitan a tu espíritu viajar sobre una canción. Haz que la voz de un locutor te haga parte de la magia que solo la radio puede lograr. Porque más allá de escucharla se le tiene Fe.
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