En el primer texto en donde toqué el tema tan delicado, de su relación amor-odio con sus clientes, les decía que sus clientes, siempre saben cómo perder la razón y más bien siempre saben cómo nunca tenerla, en cualquier caso yo me imagino que ellos tienen que cumplir una encomienda que seguro uno “arriba de él” le mandó, por ejemplo: Fulanito, dile a la agencia que la idea está buena, pero que busquen otro visual porque esa imagen no se entiende, y así me puedo echar el texto dándoles ejemplos. ¿A qué voy con todo esto? Vamos a ponerlo al revés: ustedes llevan tratando de resolver un brief, “que by the way no dice nada”, además de tener que pensar cómo comunicar una promoción más de 2X1, tienen que ver cómo hacer para que el arte no sea caro “porque no hay lana”, y para colmo decirlo en pocas palabras porque el cliente comentó: “que le quiere dar mucho protagonismo a la promoción”; ustedes en su afán por tratar de poner palomita a todos esos objetivos, ¿qué otra cosa necesitan hacer antes? Claro, que su jefe les compre la idea. Yo estoy segura que muchas de las veces “al cliente de hasta abajo”, sí le gustó la idea, sí quiere salir a decir eso de su marca, peeeeeero en la junta está su jefe y aunque él sí confíe en ustedes ciegamente “organigrama mata carita”, su jefe hizo cara de fuchiy entonces el otro se les voltea y va ¡pa tras! Me parece amigos y colegas que en este círculo vicioso en el que ustedes crean y ellos destrozan, lo primero que deberían hacer es cambiar esa “bolita de nieve” en la que hay que quedar bien con el jefe en cuestión, pues cómo queremos salirnos de una mecánica de toda la vida, cuando nosotros mismos la fomentamos desde la agencia. Cuando logren establecer un esquema de trabajo más o menos normal, en el que todos estén jugando hacía el mismo bando: darle una solución creativa al cliente, sólo así podrán ustedes romper con ese estigma que parece que nos dejará cicatrices de guerra imborrables. En conclusión: no hagan lo que no les gusta que el cliente les haga, si son jefes: quítense el disfraz de monje torturador y comiencen más bien a darle dirección a su equipo, no para “quedar bien”, sino para trabajar verdaderamente en equipo como se nos vende desde la escuela; si son subordinados: intenten dejar de ser “lame balls” y comiencen enfocándose en lo que verdaderamente tienen que hacer: pensar y pensar para solucionar los problemas del cliente… Continuará…
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Soy redactora, me sigue divirtiendo escribir una cabeza con el 50% de descuento más grande de la historia, frases que repitan hasta 4 veces el nombre de la marca, EN EL MISMO RENGLÓN y un copy que comience, por mandatorio del cliente, con la palabra: descubre.
magen cortesía de iStock
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