Ayer, en el Estado de Puebla, México, se aprobó la prohibición de anuncios en los que aparezca la imagen de una mujer de forma peyorativa. Esto, generará un cambio importante desde el punto de vista mercadológico, ya que, contempla no autorizar anuncios publicitarios que muestren estereotipos sexistas o degradantes sobre las mujeres. Grandes marcas se verán afectadas y tendrán que cuidar la imagen del género femenino en todas sus estrategias de comunicación.
Se considerará publicidad sexista aquella que presente hechos, acciones, símbolos y expresiones basadas en estereotipos de los roles de género que atribuyan o asocien características denigrantes, de exclusión, de sumisión, de racismo, de burla, de animadversión o cualquier otra forma de discriminación hacia el género femenino.
Su principal objetivo de esta iniciativa era excluir imágenes de mujeres con poca ropa o que incitarán a denigrar a la mujer. Sin embargo, esta prohibición afectará a marcas como la de jabones Roma y otros productos como Chocolate Abuelita, ya que su imagen está hecha para comunicar al segmento al cual va dirigida la marca. De igual forma, buscan tener una imagen de cercanía con su público objetivo.
Grandes marcas en el mercado mexicano como Tortillinas, Fabuloso, Bimbo, Special K, Suavitel, entre otros, se verán afectados y deberán cambiar sus campañas publicitarias, debido a que, desde el punto de vista de esta propuesta, cuentan con estereotipos que afectarán la imagen del género femenino. Estereotipo como amas de casa y abuelas, dejarán de ser una opción en una campaña publicitaria debido a esta nueva iniciativa.
Los mercadólogos deberán redirigir sus esfuerzos de comunicación y presentar una nueva forma de hacer llegar el mensaje a los poblanos sin caer en estereotipos, ya que, de ser así, no podrán contar con presencia en el mercado poblano. ¿Realmente este tipo de publicidad incita a la violencia y a la discriminación de género? Ahora, los esfuerzos mercadológicos deberán enfocarse y reinventarse para poder llegar a segmentos donde la figura femenina es su consumidor principal.
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