La cadena de supermercados Makro, en colaboración con la agencia de publicidad Grey Colombia, lanzó una nueva campaña denominada «Stickers Salvavidas» con el objetivo de abordar la problemática del desperdicio de alimentos, particularmente en lo que respecta a frutas y verduras.
La campaña surge como respuesta a la frecuente situación en la que estos productos son descartados debido a su apariencia, ya que mucha gente no se llevaría a casa, un plátano demasiado maduro, por ejemplo. Conscientes de que al desperdiciar alimentos no solo se pierde comida, sino también los recursos utilizados para su producción y distribución, Makro se ha propuesto encontrar una solución efectiva.
La idea detrás de la campaña es sencilla pero ingeniosa, basándose en una práctica comúnmente empleada en la industria alimentaria: la colocación de calcomanías. Sin embargo, estos stickers de tan solo 2.7 cm de diámetro no tienen como objetivo promocionar la marca, sino más bien informar y recordar a los clientes los diferentes estados de madurez de las frutas y verduras, así como las diversas formas en las que pueden ser preparadas en cada etapa.
Estas etiquetas, que se adhieren directamente a los productos, están diseñadas para indicar visualmente el estado de madurez y ofrecer sugerencias sobre cómo aprovecharlos en su mejor momento, desde cuando están poco maduras hasta alcanzar su pleno punto de maduración. El objetivo principal es recordar a los clientes que las frutas y verduras tienen un amplio espectro de preparaciones culinarias, y que se pueden disfrutar ya sea que están aún verdes o maduras, evitando así su desperdicio.
La campaña «Stickers Salvavidas» de Makro busca recordarles a los consumidores la importancia de aprovechar al máximo los alimentos y reducir el desperdicio en los supermercados. Al hacerlo, no solo se contribuye a minimizar el impacto ambiental, sino también a valorar los recursos naturales empleados en el proceso de producción y distribución de estos.
Makro invita a sus clientes a sumarse a esta iniciativa, llevando a casa frutas y verduras en diferentes etapas de madurez y explorando nuevas formas de prepararlas. A través de pequeñas acciones como esta, se puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático y fomentar una actitud más consciente y responsable hacia el consumo.
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