En los últimos años, el departamento de Recursos humanos dejó de ser representado por ese señor de saco y corbata al que le llevabas una carpeta con tu síntesis curricular y que te intimidaba en una entrevista que parecía interrogatorio. Actualmente la cosa cambió y los medios tecnológicos nos dan la facilidad de ser omnipresentes para los empleadores a través de las redes sociales y apps especializadas en ello. Sabemos que el internet nos ha cambiado la vida, no tenía por qué ser diferente para las empresas, pues la transformación del mercado laboral ha jugado un papel muy importante en las redes sociales en general. Una de las ventajas en las que contribuye la presencia online es la reducción en tiempo y dinero los procesos de selección. RRHH 2.0 Así pues, se le conoce como recursos humanos 2.0 al nuevo paradigma que estos profesionales ejercen, donde es posible evidenciar un departamento que se integra al mundo web no solo con la finalidad de realizar selección de personal, sino que también se le atribuye la formación de los empleados a través del desarrollo de sus habilidades (sean técnicas, teóricas o prácticas) para convertirlos en aportes de valor para la empresa. Hasta aquí todo muy lindo, sin embargo, es muy probable que en algún punto las cosas se mecanicen tanto que se salgan de control. La dinamización del proceso de selección actual resulta menos formal e individual, pues el tener que gestionar una abultada demanda de aspirantes los reclutadores pasan por alto datos de trascendencia en los postulados. La trampa #1 Los tiempos han cambiado y eso de “se busca profesional con más de 20 años de experiencia” realmente ya no se ve, pero lo que sí se ve –al menos en Venezuela- son los anuncios donde el perfil más buscado recae en recién graduados o profesionales con al menos dos años de experiencia, con titulaciones de grado medio, que maneje mínimo dos idiomas pero que sea un dios en el mundo digital. Básicamente, mano de obra barata para trabajos de gestión de RRSS. La trampa #2 Hace poco me contacté por email con un medio de comunicación digital por una vacante en la redacción y esta fue la respuesta. Al principio no entendí nada, de hecho, su respuesta no me dice nada y lo peor es cuando hace énfasis en que solo están “buscando personal con experiencia en impresos y/o portales de noticias”, pues tal vez si se fuese esforzado es abrir el CV se habría dado cuenta que justamente mi experiencia abarca medios impresos y portales digitales. Quise experimentar y le dije a una de mis colegas que enviara su currículo a ver qué pasaba y ¡sorpresa!, el mismo email, así que deduje que esta persona está creando una base de datos bajo la excusa de una oferta laboral. La trampa #3 Las apps y webs especializadas en la búsqueda de empleo sin duda alguna son una maravilla, pero como todo lo que brilla no es oro, se presta para algunos trucos que puede perjudicar tanto a empleadores como empleados. Algo sumamente común son los típicos “títulos” que han surgido con los nuevos perfiles laborales y el desconocimiento que muestran los departamentos de captación en relación a sus funciones. En una famosa comunidad de trabajadores del Social Media en Venezuela, una persona colgó un post que literalmente expresaba: “necesitamos redactor creativo que gestione las RRSS, redacte contenidos para los blogs y proponga temas para la realización de campañas” – “Nos encontramos en la búsqueda de comunicadora social o diseñadora gráfica para que gestione contenido de RRSS”. Uno puede creer que es lo de la trampa #1, una gente que busca abaratar costos, pero no, esto no es más que reclutadores que no tienen la más mínima idea del personal que necesitan y/o el perfil que deben tener. RRHH más humanos Cuando los reclutadores muestran empatía durante el proceso, te escuchan atentamente y te llaman por tu nombre, la experiencia se vuelve más relajada y satisfactoria –aunque no te contraten-. Pero la realidad es que tiene un largo trecho por recorrer en el mundo digital. Tu talento no solo es el protagonista de las dichosas entrevistas de trabajo, todo depende del potencial que el empleador observe en ti y literalmente quedas en sus manos. Imagen cortesía de iStock
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