Demasiado común resulta la copia de ideas para publicidad de una marca a otra. En ocasiones revisar las fórmulas que otra marca utiliza para gustar a la audiencia sí funciona, pero cuando se trata de una imitación mala y poco discreta lo más seguro es que el trabajo sea testigo de una lluvia de críticas intensas. Esto le ocurrió a Pizza Hut cuando intentó parodiar los comerciales de Old Spice. Se trata de una sátira, de una burlilla a la otra marca, pero parece que sólo quiso imitarla. Si hubiera sido en realidad cómica o con más gracia, se hubiera logrado un tono burlesco que agradaría a la gente. No aseveramos que disguste al mercado completo, pero los resultados que arrojó en su video promocional el YouTube fueron poco agradables. ¿Qué fue lo que ocasionó? Sólo basta con echar una mirada rápida a los comentarios en su video subido a YouTube. Usuarios critican desde el concepto, el actor, el producto (que parece no convencerlos), y hasta el servicio en general. Por supuesto que hay menciones a la marca Old Spice, pero es percibida como ejemplo, no como objeto de burla. Así, un mal chiste se convierte en un peligro para la marca. Y con mayor razón si ese chiste ya había sido contado en otras ocasiones y con mayor gracia. En publicidad no se la pasa mejor el que ríe al último, sino el que hace reír primero.
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