Todo surgió como un simple programa que indicaba a los usuarios de iPhone cuando alguien no podía contestar, mandando mensajes automáticos. Esa aplicación se lanzó en el 2009, pero en poco tiempo se le agregaron las aptitudes para mantener conversaciones, cambiar la imagen de perfil y el estado del usuario. Estas características colocan a “WhatsApp” como una red social en potencia. Sus creadores niegan que la aplicación tenga fines publicitarios y menos de red social; sin embargo, por la expansión que ha tenido a otros dispositivos como Android y Blackerry, hay algunas marcas que han utilizado el medio para realizar activaciones en cierto segmento de la población. Un ejemplo es el caso de Pantene en España, en el que los comerciales de televisión cambiaron a Sara Carbonero por una conversación a través de la plataforma. Ésta y otras marcas han utilizado WhatsApp para organizar concursos, además de mantener otra vía de comunicación directa entre ellas y los usuarios. Sin duda es un recurso viable como estrategia de marca fuera de los medios tradicionales y también fuer de Facebook y Twitter. Es un medio innovador que además puede ser explotado en el segmento que representa; mientras sus fundadores no tengan la visión de su plataforma como un negocio, quizás las dinámicas organizadas a través del medio no sean masivas pero servirá de branding. Quizás sus fundadores camben de opinión y veamos pronto publicidad dentro de la aplicación o veamos evoluciones en sus posibilidades como usuario de esta red social en potencia.
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