“Esto cambia todo. La industria está muerta. Nunca ha habido un momento mejor para ser artista” Seth Godin. ¿Por qué actualmente todos los vecinos del mundo son músicos, nuestros amigos fotógrafos y nos autonombramos artistas? Con la actual revolución digital, estamos viviendo una transformación radical, ya que tenemos fácil acceso a miles de herramientas para crear. Ahora ya no es necesario tener millones de dólares para poder producir, ni tener un gran conocimiento musical para poder realizar un disco o tener una exhaustiva preparación previa para poder ser fotógrafo. Lo mismo sucede con las películas, literatura y el arte moderno. El talento se ha disparado y suena como un sueño hecho realidad, que actualmente se tenga acceso a herramientas para crear y distribuir de manera tan sencilla. La comunicación con la audiencia nunca había sido tan directa y la audiencia nunca se había tenido tan cerca. Somos una sociedad que produce y consume sus propias ideas. Ya no es necesario que los cineastas busquen el apoyo de las grandes productoras para poder distribuir un cortometraje, no se necesita tener una fortuna para hacer música, ni que los cantantes ganen programas de concursos musicales para lograr la fama. Habrá que hacernos la siguiente pregunta; ¿el hecho de que exista acceso igualitario a recursos para crear, quiere decir que habrá mejores películas, música y arte en cantidades mayores o lamentablemente lo que va a suceder es que nos vamos a invadir de “arte” que no es arte, de literatura mediocre y de más malas películas? Estamos nadando en un mar de información, tan vasto, que a veces es difícil diferenciar lo bueno de lo malo y entre tanta información no sabemos en qué momento nos podemos ahogar. Habrá quienes mantengan su postura y defiendan una producción artística que se concentre simplemente en la industria. Por otra parte está quien defienda que “la industria” ya murió y ahora el poder se concentra en los artistas y su creación. Nunca se había tenido tanta información a nuestro alcance, así como nunca antes corríamos el riesgo de estar tan equivocados. Tendremos que reflexionar sobre esta gran transformación que está cambiando nuestras vidas y aprovechar la revolución digital para comenzar a crear. Carla de la Parra
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