Imagina que llegas a tu trabajo con una idea brillante. No bien dejas tus cosas, te diriges al puesto de trabajo de tu compañero y se la cuentas con entusiasmo. -Mmhh…eso no va a funcionar, -afirma tu compañero-, mientras mira su teléfono. -¿Te parece? ¿Estás seguro?, -insistes. -Claro. De esa manera no se puede hacer. Olvídate y ayúdame que hay mucho trabajo por hacer. Fin de la historia. Lamentablemente una idea que podría haber crecido hasta convertirse en algo grande muere incluso antes de nacer ¿Les suena conocido? Ya hemos hablado, en artículos anteriores, acerca del trabajo que implica la creatividad, sobre la dedicación y el esfuerzo para ejercitar el pensamiento creativo y también hemos listado consejos y tareas para fomentar la actitud creativa. Pero, ¿qué hago con la idea que sé me ocurrió? ¿Cómo y con quién la comparto? ¿Me aferro a mi idea o la suelto para que crezca y se nutra con el aporte de otros? Un reciente estudio de la Universidad de Berkeley indica que el conflicto no es algo que deba ser reducido o minimizado. El paper considera al debate organizado como un potencial ingrediente para incrementar el número de ideas y mejorar el proceso de ideación. El conflicto entre los equipos es bueno, especialmente cuando la lucha se centra en torno a las ideas. Si en un grupo de trabajo todos están siempre de acuerdo, esto puede significar que no hay muchas ideas o que el equipo valora la cohesión y la falta de conflicto en vez de generar y evaluar las ideas. No obstante, vale aclarar, un ecosistema altamente cohesivo puede estar a las puertas de producir trabajo creativo excepcional.
- Clave 1: saber cuando y a quien comentar o confiar una idea.
- Clave 2: debatir y luchar en nombre de las ideas, no con las personas.
- Clave 3: hacer las preguntas correctas. Repreguntar hasta que no haya una respuesta fácil.
La idea de un debate organizado no es nueva. Cada vez que te encuentres en la Arena de las Ideas, «lucha como un técnico». Pelea por las ideas. Critica y repregunta las ideas de otra persona, no a la persona misma. Este tipo de conflicto, que los investigadores denominan «intelectual» debe realizarse en un ambiente de respeto mutuo y basarse en la información objetiva disponible. En otras palabras, cuando estés en pleno desarrollo de un proyecto o trabajo y aun no esté al ciento por cien, «abraza» a la crítica constructiva y a la formulación de preguntas para comprobar el potencial de las ideas y ayudar a incrementar el valor. Muy frecuentemente, una gran pregunta lleva a grandes descubrimientos. En Pixar han desarrollado una técnica que ayuda a mantener la lucha productiva e intelectual: el plussing. Aplicando el plussing las reuniones están contenidas en un tono positivo con conexión directa entre la crítica y las ideas nuevas o mejoras para el trabajo. A medida que se juzga el trabajo debe contener una nueva idea o una sugerencia para el fortalecimiento de la idea original.
- Clave 4: ¿cómo se construye una pregunta? Tiene que fomentar a la acción y debe estar centrada en los intereses del desafío creativo para que resulte movilizadora.
¿Usas el debate organizado para hacer mejor sus ideas? Imagen cortesía de iStock
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