Varios lo desconocen por completo, pero muchos lo producen en su rededor. Kitsch es un término utilizado para el gusto popular de ciertas personas. Son los que colocan posters de equipos de fútbol, recortes en los espejos, flores artificiales empolvadas, colores exóticos en las paredes, nomos o duendes en el jardín, etc. El lugar de un Kitsch debe ser “extrovertido”, con imágenes extrañas o para ellos aparentemente comunes, en su mundo todo esto es normal y lo que para los demás es normal, lo ven como algo anormal. Sus adornos extravagantes tienen ese sentido hacia su entorno, el cual crea una forma única de decoración de interiores. Los Kitsch son también un target, el cual tiene sus marcas favoritas, sus preferencias, su manera de consumo es diferente pero al final son consumidores, en su mayoría de las imitaciones de productos que difícilmente puedan consumir y esto es algo que importa en una estrategia de un producto que sea dirigido hacia este target, debido a ello se crean productos con marcas similares. El Kitsch ha sido un target desde hace mucho tiempo, cuando compradores anglosajones no querían una obra original, pedían un modelo a escala. En base a ello se crean productos y marcas que satisfagan sus necesidades a un precio accesible, aunque con una calidad muy lejana a la original. Es un arte barato, encaminado a compradores con el propósito de parecer encantador, seductor e interesante para la mayoría de personas, ratifica las reglas y circunstancias generales. Entre algunos términos alemanes traducidos al español se le conoce al kitsch como, dar gato por liebre, recoger la basura, lo inservible, entre otros. A pesar de su significado, se ha vuelto un elemento popular y universal en las sociedades. Es también considerado un arte popular y comercial que satisface la demanda en el mercado. En la publicidad entenderemos al Kitsch como aquellas marcas que imitan a otras, son sus versiones económicas y que leves cambios en sus logos o en sus nombres hacen parecer que el consumidor obtendrá una marca original y que pagará mucho menos que el costo real de un producto. Se ha vuelto parte del marketing, el endiosamiento de las virtudes de los kitsch, no refiere tanto a la forma sino como al contenido del mensaje mismo, el cuidado y el manejo estratégico que debe de llevar hacia un kitsch, debe de ser cuidadoso, sin ofender al target, sin hacerlo sentir que utiliza mercadería de segunda, para que al final consuma lo que se le ofrece. De igual forma como estrategia al Kitsch, debemos agrandarle su ego, la táctica esta en levitarlo y que se sienta mayor o igual al target que consume un producto caro y original. Esto nos permitirá hacer sentir al Kitsch especial y que requiere de más trabajo que al consumidor común. En fin Kitsch es la imitación de las marcas más comunes e importantes del mercado y es por ello que muchas personas que no tienen facilidad de consumir las marcas originales, optan por la réplica de la misma. Ya lo decía Molles como analista de este tema, los objetos reproducidos en serie son vulgares, el arte es algo que se degusta y el kitsch se lo devora. Por lo que el kitsch es una negación de lo autentico, carente del carácter irrepetible del objeto imitado. En conclusión, Lo kitsch ha trascendido tanto que hoy en día es una categoría estética y no son más que la búsqueda de la identidad y para el marketing y la publicidad es más que un reto, un objetivo a alcanzar en el mercado.
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