Hace un par de días leí un artículo de Daniela Bermúdez en el blog de Roastbrief sobre la migración de usuarios de Facebook hacia otras redes sociales. En dicho artículo se muestra algunas de las razones primordiales que existen, tales como la falta de desarrollo de la red social reina, o como la invasión de familiares que cotillean nuestra actividad diariamente o el abuso de la publicidad que hace que nos pensemos dos veces navegar para ver contenidos. Seguro que a nadie se le pasó por alto el punto en que Facebook se inunda de mensajes o “intentos” de mensajes sociales, de concienciación moral, en que salen animalillos mutilados, gente maltratada o artículos morbosos de escenas poco cuotidianas. Facebook es una red social que aunque está dispuesta para mayores de edad, la realidad apunta que cualquiera puede abrirse un perfil mintiendo en su edad, y es cosa que todos sabemos y aceptamos dado que a poca gente le preocupa que sus hijos hagan con sus móviles. Esto debería ser ya suficiente como para frenar la necesidad de estos videos, cualquiera pensaría que estas publicaciones de contenidos “fuertes” corromperían las mentes de los más sensibles, pero, más allá de eso, son los mismos quien deciden marcharse de la famosa red social para encontrar otras más acordes a sus necesidades. En Facebook cabe todo, incluso la publicidad social mal hecha. Ahora bien, ¿Para qué sirve la publicidad social? Hay tantas definiciones como autores en el mundo, pero yo me quedo con la de C. Alvarado, 2003, que nos dice que “la comunicación publicitaria sirve a causas de interés social, plantea objetivos sociales y busca contribuir al desarrollo social y/o humano, ya sea formando parte, o no, de programas de cambio y concienciación social”. Esto no nos dice que cualquier cosa en publicidad social sea válida. Se tiene que plantear unos objetivos y no dejar que esos objetivos sean el puro espectáculo ya que no contribuiría a ningún cambio ni desarrollo, porque puede que los efectos de la publicación sean distintos a lo que se pretendía buscar o incluso, pueden volverse en contra. Como ya nos dice R. Alberto Pérez, para hacer una buena comunicación se debe tener tres elementos indispensables que son la técnica, la práctica y la estrategia, elementos que no se obtienen sino de una fuerte especialización profesional y no de ninguna otra forma. Por todo esto, Facebook se encuentra en una situación de saturación de elementos mal estructurados y con unos grandes recursos gráficos realistas que esta peligrosamente al alcance de cualquiera, haciendo que en vez de navegar y disfrutar, sea navegar y sufrir. Pues por esto quizás yo le añadiría un nuevo punto a los motivos planteados por Daniela en su artículo, o quizás extendería el de la publicidad, pues en un gran número de veces la gente intenta usar el fino y sutil arte de la publicidad para crear verdaderas obras horrorosas por falta de conocimientos. AUTOR Aitor Alberola Arroyo Un día puse en Google las palabras imaginación, creatividad y verborrea y terminé estudiando Publicidad y Relaciones Públicas en la UA, España. Se puede decir que vivo una locura, así de sencillo. Compruébalo en Twitter: @lordx1990 Imagen cortesía de iStock
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