Ir de store en store, en busca del producto indicado, no siempre es tan sencillo y ante todo: no siempre resulta muy agradable para nuestros consumidores, y darles la oportunidad de una buena experiencia de marca?compra es muy enriquecedor para sus actividades, y sobre todo, puede ser la puerta para entablar lazos futuros. Pero, ¿cómo vamos a lograr crear lazos entre consumidores y productos?. Las marcas y productos no son seres vivos, y están aún más lejos de ser seres humanos, sin embargo, el neuromarketing ha demostrado que nuestros cerebros perciben a las marcas con gran cantidad de etiquetas, incluso desde una perspectiva antropológica, nuestras neuronas perciben éstas, como etiquetas humanas en las marcas. Es decir, homologamos elementos humanos con lo que percibimos desde las marcas. Desde los argumentos, la personalidad, el tono, y las expresiones que hallamos en nuestros amigos, conocidos, compañeros de trabajo y meros extraños, hasta los estímulos que percibimos de productos y marcas en puntos de venta. Nuestros cerebros lo traducen a modo de una estructura semántica coherente e integrada. Dando paso incluso a modelos arquetípicos de comportamiento e inferimos con ello lo que podemos esperar o recibir de éstas. Donde, entre mayor integridad y fuerza sintagmática contengan nuestros mensajes de marca o producto, la huella cognitiva en nuestros consumidores podrá tener mejores posibilidades de generar recordación y permeo de conceptos. Apelemos al resto de los sentidos Más del 70% de la comunicación de marca, en cualquier canal o punto de contacto con el consumidor, se encuentra destinada únicamente al sentido de la vista, creando una sobre estimulación visual. ¿Y qué sucede cuando se supera la capacidad perceptiva?, el cerebro automáticamente elabora “filtros” con los cuales únicamente deja pasar determinada cantidad de información y datos. Esto, es lo que muchas veces la publicidad y el marketing han tratado de superar a través de campañas y comunicación más creativa y llena de mensajes novedosos, pero, la saturación de mensajes resulta complicada de superar. Por ello, pensar en marketing enfocado al resto de nuestros sentidos tiene toda la razón de ser: existe un espacio perceptivo libre y dispuesto a ser estimulado con nuevos datos y mensajes no verbales con los que la mente de nuestros consumidores pueden elaborar nuevas conexiones neuronales para integrar en su psique lo que nuestra marca es. Buscar caminos sensoriales para nuestras marcas puede resultar una actividad muy creativa y llena de descubrimientos para conocer maneras distintas de comunicar lo que nuestra marca debe transmitir. Posiblemente nuestra audiencia no vaya creerse un slogan o mensajes meramente lingüísticos, pero profesar conceptos relacionados con ese slogan, a través de los demás canales sensoriales, conjuga mayor peso y fuerza perceptiva en su piel, su percepción de aromas, la capacidad de diferenciar sabores, la de identificar sonidos y de ubicar estímulos visuales, con lo que comprender de manera más clara quien es la marca para el como consumidor. Por ejemplo, L’Occitane, tiene un ejemplo de marketing sensorial enfocado a un pequeño grupo de consumidores, dentro del cual, desarrollan alimentos, bebidas y una gran variedad de elementos encaminados al estímulo sensorial y creativo de la marca y producto, fortaleciendo así, todo el conjunto de conceptos y significados de lo que L’Occitane es. L’Occitane & El Palace Barcelona — Una experiencia sensorial única [youtube]https://www.youtube.com/watch?v=1WlxNKkD7QI[/youtube] Imagen cortesía de Fotolia
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