El fin de semana pasado, hurgando entre mis viejos DVD’s, encontré un set de capítulos de mi programa de comedia favorito: Seinfeld, el show cómico acerca de nada escrito por Larry David y Jerry Seinfeld.
Me preparaba a verlo por enésima ocasión y al encender el televisor, casualmente veo en los relacionados de Netflix lo más reciente de Jerry, Comedians in Cars Getting Coffee. Dejé de lado los discos y los cambié por algunos capítulos del ahora famoso streaming. Después salté a otro documental llamado Jerry Before Seinfeld, donde él mismo cuenta la historia desde sus comienzos en la comedia en Nueva York.
Después de reír cual loco toda una tarde, de tonificar mis abdominales y destapar mi lagrimal, reflexioné acerca del efecto de la comedia en la vida diaria y su impacto en nuestro estado anímico. Conceptos como humor, risa, broma o chiste juegan un rol notable en el proceso de pensamiento gracias a las conexiones libres que activan.
Por naturaleza somos seres sociales y contamos historias para comunicar algo; y si dicha anécdota contiene gracia será más memorable en el oyente. Dar comicidad a las cosas añade sentido del humor y atrae la atención.
Pero ¿qué comparten el chiste, la creatividad y las ideas? Mucho, y para entender esto consideremos lo siguiente… En el estudio llamado El Chiste y su Relación con el Inconsciente, Freud aborda la conexión entre el humor y el inconsciente manifestado a través de la broma. En él, retoma estudios de otros autores que lo anteceden analizando la estructura humorística y cómo es que el chiste desata la risa.
A diferencia del trabajo, el chiste se produce en libertad de pensamiento, una especie de estado lúdico con el cual se exploran, sin restricciones, conceptos fuera de su contexto habitual y por medio de la yuxtaposición, el intercambio, el juego de palabras o la metáfora, podemos inventar un chiste que cause gracia y hacer sonreír al otro. La risa es contagiosa, por ello es raro que se ría estando solo. Así como los comediantes, todos intentamos ser graciosos para empatizar.
El ingenio es el fundamento del chiste y su estructura depende de su brevedad; el ahondar demasiado en el chiste hará que pierda gracia. La manera en la que un chiste es gracioso, es mediante el llamado desconcierto y esclarecimiento, un pequeño instante en el que nos detenemos a pensar lo que escuchamos y exclamamos: “¡Ah, ya entendí!”, muy parecido al momento eureka cuando tenemos una idea.
A través del chiste descubrimos lo absurdo de las cosas y nos reímos de ellas. La comicidad es un proceso cognoscitivo que involucra intelecto ya que, confeccionar un chiste que sea ingenioso, requiere de cierto marco cultural que haga que la asociación de ideas convencionales adquiera un nuevo significado.
El chiste es un fenómeno social transmisor de ideas que provoca al sujeto que lo experimenta a pensar y encontrarle el “sentido” a eso que acaba de escuchar o leer, en esto reside el éxito del meme de internet haciéndolo tan viral en las redes sociales; mientras más fácil de comprender sea uno por la mayoría de la gente, más replicado será. Los chistes dan risa si son novedosos, no causa el mismo efecto en nosotros una broma que ya hemos conocido antes a otra que nos agarre por sorpresa.
En conclusión, así como los sueños con su fuerza onírica sirven de alivio a la fatiga acumulada en el día, la comicidad libera tensión y es necesaria para descargar estrés y mal humor. Entonces hazte el graciosito, libérate, crea nuevas conexiones y convierte ideas en chistes y bromas en ideas que hagan que la vida tenga hilaridad, quizá el próximo meme famoso provenga de lo más profundo de tu imaginación.
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