¿Cuántos de ustedes no se han descubierto de pronto sonriendo completamente solos sin motivo aparente alguno? Algún recuerdo o historia previa activó algo en su cuerpo que hizo que su cerebro dijera: dale, sonríe. La publicidad también ayuda a generar ese efecto, les aseguro que más de una vez han visto algún anuncio publicitario que les ha robado una sonrisa, y es que ese es uno de los muchos objetivos de crear publicidad, mover emociones, tocar fibras que hagan que recordar a la marca sea algo tan sencillo como recordar una canción o una imagen. Lograr una sonrisa en el consumidor debería estar en todo brief, si hacemos publicidad que logre eso vamos a poder crear no solo un efecto súper bueno para la marca, también vamos a poder impactar de una forma positiva la vida de esas personas a las que llegamos, y es que detrás de una sonrisa hay un mundo de emociones que logran materializarse a través de ese gesto físico, y que nos ayudan a demostrar cuando algo nos hace sentir bien. De hecho la ciencia a través de los años ha demostrado una relación directa entre nuestra salud y el simple hecho de sonreír. Les voy a contar una historia que resulta relevante para esto que están leyendo, prometo intentar ser breve: dos científicas de la Universidad de Kansas, Tara Kraft y Sarah Pressman, hicieron un experimento recientemente en el que convocaron a 169 estudiantes universitarios para realizar una serie de actividades que, sin que ellos supieran, les generarían estrés. Todos los participantes tenían que hacer dichas actividades mientras sostenían palillos chinos en la boca, esto para poder activar los músculos faciales necesarios para generar 3 tipos de reacciones, una expresión neutra, una sonrisa estándar, y una sonrisa genuina o de Duchenne… ¿Si sabían que hay 2 tipos de sonrisa no? Bueno, en caso de que no, la sonrisa estándar es aquella que activa los músculos faciales que rodean la boca, y la sonrisa de Duchenne, o la sonrisa genuina, es la que activa no solo los músculos alrededor de la boca sino también los de alrededor de los ojos, en la primera sientes como la parte superior de tu cara se mantiene estática, y en la segunda puedes sentir como se entrecierran un poco tus ojos. Probablemente intentaste hacer los dos tipos de sonrisa mientras leías eso, es normal, sigamos con la historia. Los participantes del estudio se dividieron en 3 grupos en los que sostenían los palillos de distinta forma, unos para conseguir una expresión neutra, otros sonrisa estándar y otros una sonrisa genuina; durante todo el estudio, Kraft y Pressman midieron los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, en cada uno de los participantes, y encontraron al final del día, que aquellos participantes que realizaron la prueba con una sonrisa genuina tuvieron los niveles más bajo de estrés, seguidos por los de sonrisa estándar y al final los de expresión neutra. En conclusión, este estudio demostró que una sonrisa, sea por felicidad real o por simple estímulo de los músculos faciales, provoca una reducción en el estrés que sentimos día a día, es decir, podemos, a través de la publicidad, no solo conseguir nuevos clientes para nuestra marca, también podemos ayudarles a reducir sus niveles de estrés. Tal vez sea entonces un buen momento para crear más publicidad que genere sonrisas, y también para compartir esta nota, tal vez logremos ver pronto un mundo con más gente sonriendo que girando fidget spinners.
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