Walmart ya se unió a la creciente lista de tiendas, cines y atracciones que ofrecen horarios «Sensory-friendly«, es decir que son aptos para personas con sensibilidad sensorial, para aquellos que tienen trastorno del espectro autista u otras condiciones neurodivergentes.
Este tipo de iniciativas contribuyen a visibilizar diferencias que a menudo son invisibles al ser minoría, y al establecer un tiempo durante la jornada laboral en el que las luces están más bajas, los sonidos son más suaves y el ritmo es más relajado, las empresas permiten que los clientes con problemas sensoriales participen más plenamente en las rutinas normales de la vida.
Por su parte, Walmart anunció en su blog para Estados Unidos que creará «una experiencia de compra más inclusiva» al tener horarios aptos para personas con sensibilidad sensorial los sábados de julio y agosto de 8 a.m. a 10 a.m. en la mayoría de sus tiendas, a partir del 22 de julio, fechas que coinciden con la temporada de compras para el regreso a clases.
«Nos esforzamos todos los días por crear una cultura en la que todos se sientan incluidos», explicó el gigante minorista.
Los horarios aptos para personas con sensibilidad sensorial en Estados Unidos fueron iniciados hace más de una década por museos y otras instituciones culturales dirigidas a niños, y desde entonces se han extendido al ámbito general.
El Smithsonian Institution dice que fue uno de los primeros en implementarlo en su programa «Morning at the Museum» en 2011, ofreciendo acceso temprano y actividades aptas para personas con autismo.
Otros pioneros incluyen al Museo de Arte Moderno y al Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York.
AMC Theatres ofrece regularmente proyecciones de películas aptas para personas con sensibilidad sensorial en colaboración con la Autism Society: «Subimos las luces y bajamos el sonido, para que te sientas libre de ser tú en estas proyecciones únicas para personas que viven con autismo u otras necesidades especiales».
Chuck E. Cheese realiza «Sensory Sensitive Sundays» con aperturas tempranas y «un ambiente más tranquilo, iluminación tenue y un personal capacitado y atento para garantizar que cada cliente tenga una visita segura y llena de diversión».
Este año, la Casa Blanca llevó a cabo su primer Easter Egg Roll apto para personas con sensibilidad sensorial. «Las familias disfrutaron de las filas más cortas y el menor ruido mientras buscaban huevos de Pascua y rodaban huevos en el South Lawn», señaló la Autism Society.
Cada vez más sitios web ofrecen directorios de tiendas y atracciones aptas para personas con discapacidades de esta manera. Uno de los directorios más completos es mantenido por una organización sin fines de lucro llamada Twenty-One Senses, que señala que los niños con discapacidades de desarrollo son excluidos con demasiada frecuencia de actividades comunes.
Su base de datos de casi 500 ubicaciones en todo el país incluye lugares con adaptaciones sensoriales como juguetes, espacios tranquilos y habitaciones silenciosas.
Una asociación entre la Universidad de New Hampshire y Twenty-One Senses llamada «Sensory Scouting» está investigando las mejores formas de apoyar a niños con condiciones neurodivergentes.
1 de cada 6 niños en Estados Unidos tiene dificultades en el procesamiento sensorial, según un artículo de 2018 en JAMA Pediatrics.
«En poblaciones específicas, la prevalencia se estima en un 80% a 100% e incluye a niños con trastorno del espectro autista o con antecedentes de prematuridad, síndrome alcohólico fetal o síndrome de Down, sólo por mencionar algunos», señala el artículo.
Los expertos mencionan que «El ruido y la luz, junto con las expectativas sociales y de lenguaje, pueden generar estrés en los niños en el espectro, quienes tienen menos capacidad para autorregularse», informa Smithsonian Magazine. «Incluso una luz parpadeante puede ser abrumadoramente distractoria para alguien con autismo», cita el artículo, refiriéndose a Elise Freed-Brown de la Universidad de Seton Hall. Por lo que una simple salida al supermercado puede convertirse en una experiencia muy incómoda para las personas sensibles.
Freed-Brown escribió un artículo seminal sobre el desarrollo de programas de museos para niños con autismo, en el que afirmó que «cambios simples, como proporcionar actividades sensoriales o realizar un programa cuando el museo está menos concurrido», pueden marcar una gran diferencia para que estos niños se sientan bienvenidos y tomados en cuenta.
El Aeropuerto Internacional Austin-Bergstrom permite a los pasajeros con discapacidades no visibles pedir un cordón de girasol para llevar alrededor del cuello mientras están en el aeropuerto, según informó Asher Price de Axios Austin.
El cordón de girasol funciona como una señal visual discreta para indicar al personal del aeropuerto y a otros pasajeros que el portador (o alguien con él) tiene una discapacidad no visible y puede necesitar un poco más de tiempo, apoyo o ayuda.
Se espera que los horarios «aptos para personas con sensibilidad sensorial» se multipliquen a medida que tiendas como Walmart reconozcan que son beneficiosos para el negocio y marcan una gran diferencia para las personas que los necesitan. Además que este tipo de tiendas aproveche el alcance que tiene en otros países y lleve la iniciativa a otras partes del mundo en donde las condiciones de vulnerabilidad para este sector aún constituyen una gran barrera para la inclusión.
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