Cada vez es más difícil salir del infinito, ese espacio seguro, que se repite una y otra vez, en el que te mantienes inmóvil, a salvo, mientras sabes que estás viviendo porque vas viendo todo pasar. Las redes sociales son un infinito, te levantas, abres alguna red social, deslizas, deslizas, deslizas y nunca se acaba el contenido, siempre verás algo más. Pasan las horas en ese espacio tan cómodo y tan engañoso, donde sentimos que si hay movimiento, estamos existiendo, por eso es difícil dejarlo. “Salir del infinito” podría entenderse mejor como una frase, hay varias cargadas de contexto, “siempre nos quedará París”, o “mañana en la batalla piensa en mí”, esta última corresponde al título de la última novela que me regalaron, en ella, Javier Marías habla del pánico, que suele llevar a la perdición a quienes lo padecen, les hace creer que dentro del mal, o de la continuidad, están a salvo.
Necesito estar quieta para no morirme, si cada segundo es idéntico al anterior, no tendría sentido que fuera yo quien cambiase, puede pasarme algo peor pero aún no, y mientras sea aún no, puedo seguir pensando en la batalla y mirando el paisaje y haciendo planes para el futuro. Javier Marías.
Qué peligroso vivir en el “aun no” por miedo al “sí”, al “qué pasaría” si dejamos esa continuidad, ese pánico y tomamos acción, y nos movemos, y nos arriesgamos, y si fallamos, al menos ya vivimos, ya lo vivimos. En La leyenda en un pianista en el océano, una de mis películas favoritas de Giuseppe Tornatore, Novechento se niega a bajar del barco en el que ha vivido toda su vida, dice que en él todo es finito, las teclas del piano que toca, sabe dónde empiezan y donde terminan, pero la vida afuera es infinita, es un barco demasiado grande, una mujer demasiado hermosa, una música que no sabe tocar. En esta concepción, el barco es en realidad ese ‘infinito’ y esa continuidad de la que no quiere salir porque se siente a salvo, como no se siente en el mundo que está allá afuera, he ahí la distopía. “Salir del infinito” significa no quedarnos en el ‘aún no’, dejar de procrastinar, hacer aquello que quieres y tienes que hacer, un poco cada día para lograr esa meta, ese trabajo, ese amor, ese proyecto o secillamente, aspirar a ser tu mejor versión. Autor: Alejandra Cerecedo Constantino
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