Al idear estrategias de marketing muchas veces pensamos únicamente en una de sus ramas, la publicidad. En proponer campañas creativas y lo más complicadas posibles, olvidando la importancia de las ventas. Hoy les traigo unos consejos para crear un pitch contundente y vendedor. – Divide el discurso en 3 partes. Comienza con el problema o situación. Continúa con el planteamiento de la solución. Termina con una afirmación rotunda. – Contextualiza la situación. Frases de inicio como «en el mercado actual sucede…» o «nos encontramos en un momento donde…» ayudan a traer a las personas al presente o, de ser necesario, puede modificarse para transportar al tiempo que uno necesite. – Evita hablar sobre la marca, habla de la solución. Algo realmente aburrido es cuando una empresa se centra más hablando de la marca. Sé que es un intento publicitario, pero será más recordado si se nota un interés mayor en solucionar la vida de las personas que de promocionar un nombre. – Evita términos complejos siempre que sea posible. No se trata de eliminar los tecnicismos, porque ayudan a dar credibilidad de conocimiento, se trata de equilibrarlos con un lenguaje más sencillo que conecte. – Nada de discursos largos. Cuando estás vendiendo menciona lo básico y esencial, si logras el objetivo de cautivar al cliente, éste pedirá el resto de la información. – Cierra con broche de oro. La mejor manera de terminar un discurso de ventas es con una frase determinante, con fuerza, que permita dejar claro el mensaje y que evidencie lo que se quiere lograr. Se puede valer de frases que hayan dicho expertos en el tema y que permitan validar todo lo dicho. Como dijo Jürgen Klaric: «lo pagará con sangre quien no sepa vender». Imagen cortesía de iStock
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