El mundo actual es una constante carrera de obstáculos, sea cual sea el sector al que te dediques, pero especialmente si estás empezando a adentrarte en el mundo de la Publicidad tu vida será como una olla en ebullición. Sabemos que el avance de la tecnología y de las metodologías de estudio cada vez nos obliga a especializarnos más, a estar más informados, a saber más de todo… y esto, a menudo, nos lleva que una ansiedad imperceptible se apodere de nuestra vida sin que ni siquiera nos demos cuenta. Cuando el estrés y la interminable actividad diaria nos nublan la vista, es posible que cometamos algunos errores que pasen factura a nuestra salud mental y física y que, por tanto, conviene conocer y evitar:
- No saber renunciar: nuestras ganas de saber cada día más unidas al continuo requerimiento de “x años de experiencia” por parte de las agencias nos arrojan en demasiadas ocasiones al barranco de la ocupación a tiempo completo. A día de hoy, pocos estudiantes de Publicidad van a clase y ya está, y pocos recién graduados se contentan con unas únicas prácticas o con conseguir un trabajo. Abandonar nuestra zona de confort es nuestra meta diaria y, aunque eso sea maravilloso, no hay que olvidar que tener tiempo para nosotros mismos y para aquellos que nos importan no es menos importante. Debemos dedicar tiempo a desconectar del trabajo y a dejar que nuestra mente se relaje. Descuidar esto durante prolongados periodos de tiempo nos lleva a ser menos productivos sin que seamos conscientes de ello.
- Impaciencia: la incertidumbre y los plazos de espera nos inquietan e incomodan. Deseamos que nuestras propuestas sean aprobadas a la primera, que llegue el momento en el que una de esas propuestas vean la luz del sol y que nuestro nombre aparezca en esa short list del concurso al que nos presentamos.
La impaciencia genera una inquietud emocional que nos distrae constantemente, necesitamos saberlo y tenerlo todo al instante, nos cuesta aprender a lidiar con ello cuando no se puede obtener una respuesta o un reconocimiento inminente. La sensación de fracaso nos resulta devastadora y, tras cada fracaso, emprendemos un nuevo roto para curar la herida que dejó el anterior. Como en las rupturas amorosas, a veces deberíamos dedicar un tiempo a recuperarnos antes de emprender una nueva aventura.
- No leer frecuentemente: los libros de los padres y grandes teóricos de la Publicidad se han sustituido en la actualidad por teléfonos móviles. Hoy en día nos parece absurdo cargar con un pesado libre pudiendo acceder (casi) a cualquier contenido con nuestro pequeño compañero diario. No obstante, si hay algo más absurdo aún, es no contar con una rica y variada biblioteca en casa a la que poder recurrir en cualquier momento.
- Especialización excesiva: el sector de la Publicidad se ha especializado y ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Ha surgido una infinidad de nuevos perfiles profesionales y los jóvenes publicitarios sienten la necesidad de encontrar un perfil en el que especializarse cuanto antes, pensando que desarrollarán sus funciones únicamente como copy, o arte, o cuentas, o planner, o community manager… Las agencias buscan cada vez perfiles más polivalentes y capaces de afrontar cualquier reto, por lo que la especialización excesiva, olvidando el resto de funciones de la agencia, es en muchas ocasiones un error.
- No usar papel y boli en el proceso creativo: trabajamos constantemente con el ordenador y, por mucho que nos planteemos diariamente que esto no suceda, la infinidad de distracciones que éste nos ofrece dificultan nuestro proceso creativo. Además, nada como una hoja en blanco sobre la que garabatear, realizar mapas conceptuales, apuntar todo lo que se nos ocurra y que otros puedan apuntar todo lo que se les ocurra a ellos a también, destacar aquello que consideremos relevante con subrayadores… El papel ofrece posibilidades que no nos brinda el ordenador y nos permite centrarnos exclusivamente en aquello en lo que necesitamos pensar y trabajar.
- Pensar que todo está en internet: la inquietud y la curiosidad son dos cualidades magníficas de los jóvenes publicitarios, pero esto no significa que podamos saberlo y tenerlo todo instantáneamente. El acceso a la información que nos proporciona internet y el avance de la tecnología nos lleva a la falsa creencia de que cualquier cosa puede averiguarse con un simple vistazo a nuestro teléfono móvil. No obstante, los publicitarios necesitamos acceder diariamente a información que no se encuentra en internet.
Cuando se trata de conocer a nuestro target, identificar insights o buscar posibles caminos creativos, nos puede resultar mucho más útil crear un cuestionario, organizar un focus group o infiltrarnos en nuestro público objetivo pasando desapercibidos, que realizar una rápida consulta en la red.
Si algo debemos tener claro los jóvenes publicitarios es que tenemos mucho que aprender de los profesionales del sector, pero también debemos valorarnos y ser capaces de identificar lo mucho que tenemos que aportar y ser capaces de transmitirlo de manera efectiva. Hacernos escuchar y luchar porque nuestro trabajo obtenga reconocimiento es nuestro deber y, sino nos esforzamos diariamente, nadie no nos lo va a regalar. Imagen cortesía de iStock
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