En diseño debemos observar mucho, relacionar y sobre todo decidir. Encontrar un balance no importa el objeto final. Para empezar, como mencioné, es necesario observar los niveles de prioridad de un diseño y tenerlos muy en claro, ¿qué es lo que debe ser obvio?, ¿qué aspectos van a dar funcionalidad?, y ¿qué es lo que debemos hacer posible? Lo obvio es la esencia del objeto, es el contenido del mensaje, el epicentro donde surge la planeación. En un siguiente nivel esto dará funcionalidad al diseño. Por ejemplo, seleccionar la tipografía que vaya con la intención del mensaje, al final nos debe permitir una fácil y clara comunicación, o bien, en una interfase la selección del lenguaje gráfico deberá generar coherencia y “personalidad” a la página. Respecto a la funcionalidad en el diseño, “lo fácil”, se refiere al sentido, al significado que insertamos. Es la interpretación, pero sobre todo el uso que le da la audiencia. Digamos que en este nivel debemos integrar los elementos del diseño con nuestro objetivo basándonos en las características del público meta, justamente para darle función y utilidad. Si no integramos esos aspectos que dan funcionalidad, o si por error dejamos a un lado lo obvio, difícilmente el usuario lo podrá decodificar o lo que es peor… no perderá tiempo en tratar de entenderlo, y lo va a ignorar. Por último, “lo posible” en diseño suele ser el detalle, las alternativas. Es la parte más compleja de lo que queremos lograr en nuestros objetivos, este tercer nivel es muy importante y creo que debe tomarse en cuenta dentro del mismo epicentro, dentro de la misma obviedad. Un claro ejemplo son los “smartphones”, donde “lo obvio” es que el usuario llame por teléfono con ese artefacto y “lo posible” es que lo utilice como navegador para Internet, como cámara de fotos o video, o bien lo convierta en su mp3 donde escucha música, etc., es decir, lo posible es que se mantiene conectado, comunicado e informado de manera eficaz. Mencioné que este nivel es complejo porque muchas veces diseñamos con un solo objetivo y no tomamos en cuenta todas las demás alternativas que pueden surgir o debemos hacer surgir. Para aterrizar… saber diferenciar entre lo obvio, lo fácil y lo posible nos ayudará a decidir la prioridad entre sentido, función y utilidad. Enfocaremos lo que realmente es importante en nuestros diseños para desarrollarlos mejor. La clave es detectar la necesidad de cada proyecto y convertirla en su fortaleza. Como todo, requiere de práctica y de análisis, pero principalmente requiere conocer al usuario, digamos que está implícito en todo lo obvio y él hace posible la funcionalidad de todos los objetos de diseño. Como vemos, es un constante proceso que servirá para mediar nuestros proyectos, ¿ustedes que opinan? Me despido, soy Erika, nos vemos. ¡Hasta la próxima!
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