¿Qué es la causa? ¿Qué es el efecto? Una causa es el motivo por el que actuamos o resolvemos un problema de diseño. El efecto es la reacción que conseguimos, donde previamente nos planteamos ciertas expectativas. Todo empieza con un diálogo, con un discurso dirigido por el cliente (o usuario) explicando lo que desea resolver. Ese discurso es la motivación que se convierte en la causa del proyecto. Yo quiero… Me gustaría, Tengo la idea de…, Usa estos elementos, etc. Generalmente los diálogos empiezan así, con la exposición de deseos o ideas intangibles que buscan la forma y organización del diseño para tornarse reales. El motivo probablemente sea comunicar algo o planear un espacio, producto, etc. Pero independientemente, el objetivo es resolver la ausencia de algo (orden, función, usabilidad). Ahora bien, la causa no necesariamente deberá ser obvia para nosotros, probablemente sea tan compleja que nos lleve a investigar mucho rato para encontrar la sustancia. Algunas veces podremos situar nuestro “objeto final” en una jerarquía secundaria porque nos resulta implícito, por ende el proceso creativo se convierte en lo principal. Es decir, todo lo que ocurre entre la idea y la proyección es nuestra verdadera causa. Entender el proceso creativo que vamos a desarrollar y enfocar todo lo que le rodea, suele ser lo más importante porque es un proceso que nos permitirá asimilar el diseño en su forma y función. El resultado final debe ser la consecuencia de esa asimilación. Un motivo encadena un método, un diseño encadena una forma y esa forma encadena un efecto. Veamos por ejemplo, el jefe dice: ¡Quiero la mejor portada para la revista! El método puede ser tomar la mejor fotografía o conseguir al mejor fotógrafo o convocar al mejor ilustrador, al final se deberá utilizar el proceso de impresión adecuado y papel adecuado (algo implícito). Las reacciones serán distintas, en el mejor de los casos obtuvimos buena aceptación en nuestra edición y se agotó el tiraje que mandamos producir. Nuestra causa fue todo el proceso que atravesamos y experimentamos para obtener la mejor toma, la mejor portada. Todo ese tiempo que pasamos jugando con las luces o al lado del fotógrafo e incluso aprendiendo (o desarrollando) la más innovadora técnica de ilustración. Esto será nuestra verdadera motivación, la esperada causa-efecto para generar expectativas positivas, lo más apegadas a la realidad en nuestros objetos de diseño. Me despido. Con esto podemos enfocar la etapa creativa como la más importante en el diseño, sobre todo para no perder nuestra pasión y evitar “aburrirnos” en esta disciplina. ¿Qué opinan? ¿Ustedes cómo interpretan esta causa-efecto del diseño? Soy Erika. Hasta la próxima Imagen cortesía de iStock
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