Para ser diseñador sabemos que se necesita ser perceptivo y analítico para aprender a generar estrategias y procesos de diseño que materialicen nuestras ideas. Lógicamente se necesita ser creativo, es decir, debemos tener una personalidad que adopte una forma de pensamiento diferente, apegada al constate aprendizaje… que nos mantenga presente que las buenas ideas son absurdas de inicio pero geniales al final. Siguiendo en este sentido, veamos otras características que nos sirven de pauta… representan una parte de la estructura que nos forma como diseñadores: Se necesita despertar los sentidos. Por ejemplo, acostumbrarnos a leer entre líneas y relacionarlo todo agudizando la inteligencia de los sentidos. Se necesita tener empatía con la persona que solicita resolver un proyecto… puesto que tenemos que adoptar su necesidad como nuestra, y comprenderla. Se necesita madurar nuestros propios hábitos. Con el tiempo dejamos de hacer cosas que antes hacíamos… las experiencias cambian porque buscamos que nos dejen algún tipo de energía vital, y por esto los hábitos deben maduran. Nosotros los diseñadores construimos un estilo de vida que organiza o que refleja a la sociedad y a su cultura, frente a esto, la evolución de hábitos (personales y/o profesionales) pueden marcar la diferencia al momento de proyectar objetos de diseño que buscamos sean más experenciales e inteligentes. Se necesita saber comunicarnos. Esto se entiende fácil, si no nos comunicamos de forma clara y directa con los clientes o con la audiencia, tampoco podremos interpretarlos, por lo tanto las propuestas de diseño estarán vagamente definidas, ¿consecuencia? el concepto de diseño (a proyectar) no se podrá asimilar. Se necesita saber abstraer conceptos, para objetivarlos y volverlos proyectos de emprendimiento, o bien, soluciones reformuladas a lo que cotidianamente vemos. Se necesita tener pasión y tener los pies plantados… plantados en un contexto real. La perseverancia nos hace diferentes, el diseño es un campo muy complejo, fácil se puede claudicar. Solo los que se apasionan pueden perdurar en el tiempo. Si nos plantamos con una visión real y honesta, seguramente seremos felices, haciendo lo que nos gusta, no importa en la rama en la que nos situemos. Se necesita saber trabajar en equipo. Siempre habrá que recordar que un buen diseño no se hizo solo: hubo muchas miradas, muchas ideas, muchos conceptos, y muchas ramas especializadas detrás de él. Se necesita NO TENER MIEDO AL CAMBIO. El diseño se ha acompañado de la palabra cambio, y lo seguirá haciendo toda la vida. El cambio es lo único constante, cambio de entorno, cambio de generaciones, cambio de necesidades, cambio de tecnologías, etc., así que saber adaptarnos será la mejor manera de seguir experimentando nuestra disciplina. Acá me despido, ¿ustedes qué opinan? Hasta la próxima Imagen cortesía de iStock
Discussion about this post