1- Cliente: «Quiero una campaña que esté padre». ¿Qué entiende el cliente por «campaña»? Escándalo, griterío, tambores, mariachis. ¿Qué entiende por «padre»? Los lingüistas han descubierto que la palabra «padre», de «pater», hoy significa «de huevos» (simbolismo paternal de virilidad), o «chingona» (abuso de poder de una marca sobre las otras), barbarismos que connotan deseos de singularidad y de fama. La fama, en México, se alcanza con la popularidad, y la popularidad se adquiere gracias a los aplausos del pueblo (popular). Sin embargo el pueblo, «todo», no es un «mercado meta». Una campaña que «esté padre», del gusto de todos, es una campaña, casi siempre, mal dirigida. 2- Cliente: «Quiero una frase matona». Lo «matón» es lo que impide toda refutación o alegato, es una falacia con cara de verdad universal (véase Arjona y Paolo Coelho; véase la poesía de calendario). He aquí algunos ejemplos «matones»: a) «Nacimos sin nada, moriremos sin nada»; b) «Todo lo que sube tiene que bajar» (modalidad de «Todo pasa por algo», o de ignorancia científica); c) «Lo importante no es la vida, sino lo que recordamos de la vida» (síntoma de vejez). En «a» se mezclan, arbitrariamente, materias e ideas; en «b», la vida de las piedras lanzadas al aire se parangona con la vida de la fama, y se confunden las leyes de la física con las leyes de la sociología; en «c», parece, el autor se cree un disco duro. Nótese, ahora, que el cliente no quiere un eslogan bien hecho, sino una falacia emotiva, una «imposibilidad convincente». Entendidas las patrañas, practíquese la paciencia. Imagen cortesía de Fotolia.
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