La publicidad es un oficio que se aprende con el paso de los años, y sí, cualquiera puede ser publicista. Cuando me preguntan que qué estudié, la respuesta no cambia; Publicidad y soy publicista. No, no hay una redundancia, una cosa es haber estudiado una carrera y otra, ejercerla. En la agencia muchas personas dicen que son mercadólogos, diseñadores, industriales, comunicólogos, etcétera. La realidad es que si trabajas en una agencia de publicidad; eres publicista. Muchas personas sin haber estudiado una carrera, con sólo fijarse y tener encefálica productiva, han logrado ser directores creativos, es real, cuando se quiere se puede. Ser publicista es generar ideas (creativas) para solucionar problemas de marcas o productos, cualquiera que este involucrado en ese proceso; es publicista. Las chicas de cuentas son publicistas, los diseñadores son publicistas y como la canción de Bob Esponja “Todos somos Publicistas, sí! ¡Publicista, publicista, sí! Ser publicista es más divertido y tiene muchas ramas de acción, además, déjenme decirles que suena más interesante y misterioso decir soy publicista, irónicamente es vendedor en sí mismo. Entonces, ¿eres publicista? Sí, la neta sí. (Y si no, tú di que sí, sonarás mas “cachi”). Quizá tu carrera empezó como diseñador, pero ahora que sabes de creatividad y de soluciones integrales, ya eres publicista. La publicidad como una gama de opciones creativas, va desde estrategias hasta la realización de visualizaciones y siempre tiene un sólo fin; comunicar y vender. Vender es la palabra clave que define a la publicidad, así que si estás vendiendo (aún cuando no estés en la publicidad) y lo haces muy bien, te tengo noticias; tú también eres publicista. ¿Lo dudas? Véndeme lo contrario. Imagen cortesía de iStock
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