Estaba saludando a un colega diseñador, y en la conversación, mientras me preguntaba de dónde conseguía clientes, le expliqué los diferentes medios posibles según lo que he visto y conforme a lo que conozco de mi propia experiencia (las recomendaciones, las páginas de freelancers, etc). Me mencionó que los trabajos le iban lentos por la llamada “crisis de diseño”; me reí, y ahora la discusión se tornó a una crisis de trabajo de diseño vs a una crisis de diseñadores o creativos de cualquier rama. Quizá muchos estén pensando lo mismo: que hay una crisis de diseño que les ha bloqueado la entrada de nuevos trabajos, que cuando crees que ya vas a “picar” algo, el cliente lo quiere gratis, o simplemente no tiene ni lo más mínimo de lo mínimo para pagar. Y mucho peor, continúas esforzándote, haces el trabajo tras esa promesa jamás cumplida: “Te llamaré para futuros proyectos y te pagaré mejor”. Familiar, ¿no? Esto ha hecho que cada vez más estés autodesvalorizando tu trabajo como freelance, o como parte de una agencia, permitiéndote sueldos por el piso. Pero no vine a hablar de precio esta vez, sino del erróneo pensamiento que hace que muchos creativos no se valoren (pudiendo hacerlo) y que muchos estén bajando dichos precios, trabajando gratis porque sí. Antes que nada, quiero aclararte: no hay ninguna crisis de trabajos creativos. No la hay, si la hubiese, no existieran agencias publicitarias, no hubieran marcas lanzándose al mercado, no hubieran vallas en las calles, disfrutarás de tu serie en la TV sin comerciales, esperarías el semáforo en rojo sin mirar a ningún lado, fueras a la tienda y no reconocerías ningún nombre, marca, color o logotipo; comprarías ropa sin saber su calidad ni te enterarías de los eventos realizados en tu ciudad. Te reto a mirar a tu alrededor: al menos la pantalla que tienes al frente le pertenece a una marca, y la conoces; se ha ganado un espacio en tu mente. NOTICIA: ¡eso ha costado dinero! Entonces, ¡no hay tal crisis de trabajos creativos! La crisis eres tú, soy yo; hay una crisis de creativos (no de los trabajos que se necesitan). No dije hay una crisis de gente que “sepa usar Photoshop”. Hay una crisis de creativos, hay una crisis de trabajos con calidad, hay una crisis de gente con conceptos, y que sepan valorar su trabajo. ¿Qué es lo que pasa entonces? ¿Por qué no tenemos los bolsillos llenos haciendo lo que nos gusta? Estos podrían ser algunos puntos que estén contribuyendo a que tu celular no suene con una propuesta, tu bandeja de entrada permanezca solo llena de promociones, y ni siquiera a tu whatsapp llegue el pedido de una cotización:
- Calidad. Hablo de calidad, refiriéndome a los conceptos que manejes: tu organización para trabajar, conocimientos actualizados, y claro, la evidencia de todo esto (tus trabajos). Entiendo que quieras cobrar 30 dólares (como mucho) por un logo sino sabes mucho de ello. Iba a obviar este punto, pero la calidad en el arte final será lo que va a hablar de ti. Al cliente no le interesa mucho tu título, el programa que utilizaste, y en muchos casos, el tiempo que tomaste, siempre y cuando el final sea digno de ello. Sé sincero contigo, y dedícate tiempo, solo así podrás comenzar a ponerte un precio digno por trabajos.
- Valórate. Si tienes calidad suficiente, ¿por qué no cobrar lo suficiente? Tendrás el valor que decidas darte a ti mismo y a tu trabajo. Si tú no lo haces, nadie lo va a hacer por ti. ¡No bajes tus precios! Cobra lo que mereces; un precio muy bajo hace que el cliente piense/sepa que no puedes hacer un trabajo bueno.
- Date a conocer. En este último y 3er punto muchos fallan. Tienen calidad, tratan de fijar buenos precios, pero nadie los conoce, y aquí muchos creen que nadie pagará lo que piden. ¿Cuánta gente sabe de ti actualmente? ¿Ya tienes un blog? ¿Tienes un buen portafolio online? ¿Qué estrategia de branding personal te has puesto en marcha? ¿Ya estás en Behance? ¿En cuántas páginas circula tu portafolio? Esta podrá ser la parte que más tiempo te tome, porque aunque comiences a investigar y a calcular qué es lo justo que debes cobrar (teniendo calidad) la gente tiene que conocer que haces eso, aunque claro, varios clientes vendrán por la recomendación de otros, pero otros podrán ver tu página web o recordarán la tarjeta de presentación que les diste en ese saludo. ¿Por qué pongo este paso de último? Porque las redes sociales están llenas de páginas de freelancers, al igual que las webs, pero te diré una última cosa: No todos ellos tienen calidad, ni han sabido fijar sus precios.
AUTOR Tomás Ubiera Lo normal, estático y común nos aburre, por eso creo que la creatividad debe ser buscada y encontrada sin importar que cueste. Soy Diseñador gráfico freelance y estudiante de término de publicidad, me encanta el diseño minimalista, y el branding es una pasión llevo dentro. En mis horas libres toco la guitarra o veo alguna serie, y aunque me aíslo para realizar un trabajo ¡no me gusta estar encerrado todo el día! Imagen cortesía de iStock
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