‘Te quiero con todo mi corazón’. ‘Le odio con toda mi alma’. Estas frases las escuchamos por doquier, pues las personas afirmamos que nuestras emociones y nuestros sentimientos provienen del corazón o del alma. Sin embargo los científicos dirán que el corazón sólo bombea sangre y que las emociones son sólo reflejos biológicos, situación que es en parte razonable. ¿Por qué el branding emocional logra contagiar a las personas? Existen unas neuronas llamadas ‘espejo’, las cuales actúan en el cerebro de un observador cuando otro individuo efectúa una acción. Por ejemplo, el bebé logra articular la palabra ‘mamá’ después de observar los movimientos que su madre hace con la boca gracias a que las neuronas espejo incitan al pequeño a imitar los movimientos. Estas neuronas tienen un gran papel en la imitación y en la empatía. Cuando una persona ve las emociones en otro, esas células responden ante los estímulos y por ello sienten que les han contagiado la emoción. Pero sólo cuando el estímulo es auténtico o muy cercano a realidad es cuando tienen efecto sobre nosotros, pues cuando se trata de malos actores no respondemos igual. Es por ello que afirmamos que las emociones son cerebrales y no del corazón. Claro que es una linda manera de decirlo, pero en publicidad debemos tenerlo en cuenta para lograr el efecto que deseamos. Les dejamos con tres comerciales recientes que seguramente provocarán una respuesta en sus neuronas espejo.
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