Suenan igual pero no son lo mismo, creemos que son lo mismo pero son dos cosas muy distintas. Estas confusiones no solo las sufre el público lector, sino que a nivel académico, los estudiantes de periodismo y comunicación están de acuerdo que la preparación que la universidad les brinda respecto al tema digital es insuficiente. Pareciera una exageración pero es bastante real. El auge que han tenido las herramientas tecnológicas en el mundo del periodismo también representan su peor pesadilla; la inmediatez, viralidad y retorno monetario acrecientan la demanda en el uso de dichos recursos, pero nadie pregunta ¿existe un equilibrio entre la inversión, la formación académica y los objetivos de la empresa? Nuevas profesiones Aunque muchos periodistas vemos cátedras en la universidad del estilo: “periodismo especializado” o “comunicación interactiva”, es realmente poco para la velocidad con que se desarrollan la vida en la web. Actualmente, el peso de nuestros hombros recae en el contenido interactivo, el uso de apps, el copywriter y la analítica web, haciendo que –sin mentirte- más del 60% de los estudiantes de periodismo se formen por su cuenta. Diferencias Algo que también es parte del crecimiento momentáneo en la web es el desconocimiento de los diarios por saber sus objetivos reales. Sí, queremos que nos lean, sí, queremos que nos sigan y les gusten los contenidos pero hay que saber diferenciar seguidores de lectores, likes de engagement y del community a un periodista digital. En mi primera experiencia como periodista, me postulé para llevar la fuente de sucesos (tenía los contactos, las cualidades, las ganas) pero según las diferentes pruebas de admisión y posterior ejercicio, lo mío era lo digital. Estuve como un mes dilucidando sobre qué habrán visto para sacar esa conclusión, ¿será porque era medio geek?, ¿o porque tenía un blog?, ¿quizá porque usaba apps para hacer infografías? Y la respuesta me la di yo misma un tiempo después. La diferencia del community a un profesional de las comunicaciones digitales es abismal. A los periodistas no nos interesa mantener una comunidad –casualmente la comunidad se administra sola- pero sí mantener una continuidad, tener un seguimiento y obviamente, ser leído en primera instacia. Errores comunes Me siento bastante orgullosa del periodismo web en países hispanohablantes y cómo se ha tomado dicho ejercicio en las redacciones –yo solía sentirme como odontólogo en conferencia de médicos especialistas-, sin embargo, aun cometemos fallas como la sobreinformación a nuestros lectores (manda que manda tuits en Twitter), buscar la eterna rentabilidad en las notas (haciendo uso del clickbait sin pensar en la reputación de la marca o medio), publicar notas no verificadas (haciendo pasar “rumores” como ciertos), entre otras. La inmediatez muchas veces nos juega sucio, queremos ser los primeros pero no evaluamos ser los mejores. ¿Por qué un portal se convierte en el más consultado?, pues por su veracidad, su reputación y el equilibrio al contrastar notas. No obstante, la conversión monetaria en medios digitales es una de las cosas que sí o sí condicionan el trabajo de los periodistas, dejando de lado la ética y muchas cosas más que si sigo nombrándolas me deprimen. Anuncios Los diarios no dejan de anunciar -ya sean online u offline-, el alcance que presentan siguen siendo beneficiosos, pero en países como Venezuela, los medios tradicionales se ven forzados a transformarse y migrar a plataformas digitales para mantenerse a salvo. La diferencia de anunciar en off y el on es notoria. Básicamente, hoy es posible comparar la inversión en medios audiovisuales con los digitales, pero los anuncios impresos –por alguna razón u otra- siguen teniendo mayor alcance en la colectividad. Todos seguimos leyendo periódico Según mediciones del AIMC Q Panel, más del 50% de quienes navegamos continuamente en internet para ver noticias, hojea un periódico de manera mensual. Es que si ya lo decía mi amigo Roger Fidler con su teoría de la mediamorfosis, «la transformación de un medio de comunicación de una forma a otra, generalmente se da como resultado de la combinación de cambios culturales y la llegada de nuevas tecnologías», los cambios no son sustituciones. En la era donde el hipervínculo lo es todo, los medios de comunicación social apuestan por los diseños reponsivos y toda la parafernalia web porque saben de antemano que la tecnología tiene su razón de existir. ¿Por qué la digitalización? En muchos países latinoamericanos, el papel es un recurso de cuidado, por lo que su contraparte digital es el nuevo modelo de consumo que deben asegurar. En el caso puntual de Venezuela –un bello país sumergido en problemas- los noticiarios web son los nuevos canales regulares informativos. Ya sea por el suministro de papel, asignación de divisas para la importación o porque los árboles del mundo se van a acabar, no ha sido problema mantener la plantilla de anunciantes ni la principal fuente de ingresos –la publicidad- aun cuando se han agrupado para combatir a los ad blocker. Caídas que se superarán En 2016, según ensayos de Campaign Asia, hubo una fuerte caída en la inversión publicitaria de medios informativos a nivel mundial -56mil millones de dólares- teniendo como premisa que en 2014 fue de 66.000mdd y en 2015 60.000mdd. Mientras que el crecimiento de páginas web aumenta, las empresas tienen el deber de instaurar departamentos encargados de la comercialización web y la mercadotecnia para no perder retribuciones metálicas. Imagen cortesía Shutterstock
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