El pasado mes de octubre formé parte del evento #BehancePortfolioReviews en Culiacán, Sinaloa; organizado por WR y Asociación D10, un grupo de gente talentosa dedicado a promover la creatividad en toda disciplina donde pueda incidir: fotografía, diseño, lettering, branding, publicidad, moda, entre muchas otras. Dos días dedicados a compartir y revisar trabajo cargado de autoexpresión y altamente inspirador. El primer día me tocó charlar con los participantes acerca de los procesos de trabajo para su proyecto de portafolio en este caso. Las instalaciones de Work Here!, oficinas colaborativas para trabajar, sirvieron de escenario para conocer a estos creativos emergentes del estado. Artistas, estudiantes, profesionistas, catedráticos y emprendedores de ciudades como Mazatlán, Los Mochis, Culiacán e Irapuato, Guanajuato. Durante el segundo día otros grandes colegas y yo, fuimos jueces del trabajo de jóvenes fotógrafos, diseñadores e ilustradores que deseaban mostrar su trabajo para así nosotros orientarlos en el largo camino de hacer una carrera con él. Todos hemos usado la plataforma de Behance de Adobe, ya sea como escaparate para promover nuestro trabajo frente a otros usuarios o como mera inspiración. Ahora, esta plataforma estaba viva e interactuando con nosotros nutriendo nuestras mentes; era como un coctel audiovisual inyectado de vida por sus creadores que sacudían el ojo del observador para generar nuevas conversaciones, interacciones, ideas. Sobra mencionar que me quedé sorprendido del gran talento en gente tan joven; me impresioné por los altos estándares que algunos asistentes estaban logrando con tan pocos años de experiencia. Algunos tenían un talento excepcional, pero eran retraídos y tímidos al momento de exponer, otros fueron un poco más arrogantes en su proyección, pero su trabajo carecía de sustancia. Al evento asistieron las ganadoras de medallas Behance de años anteriores, María Tuti y Gemma Román; ésta última ilustradora aportó unas palabras de aliento a los participantes al relatar que la plataforma que Adobe promueve, ha sido una catapulta para mostrar su talento al mundo y así obtener más proyectos de trabajo con mejores clientes. Ella está empezando a vivir el sueño de muchos, ser freelance y vivir de ello. Después de presenciar esta experiencia me pregunté, ¿cómo hace un artista emergente para vender bien su trabajo? Para hacer rentable nuestra profesión y sacar la mayor utilidad de ella, tenemos que apelar a ser una combinación de artista y mecenas, saber crear sin dejar de lado la importancia de venderse. En ocasiones estamos más inclinados al perfil del creador y se nos dificulta ponerle dígitos al valor de nuestro trabajo; otras veces somos tan voraces con el dinero que olvidamos la esencia de nuestra obra e inflamos el valor de la misma sin lograr vender nada. Así que les comparto algo que aprendí a partir de mi experiencia de esos dos días y que considero clave para exponer mejor nuestro trabajo. Sé honesto. Hasta para copiar hay que ser muy original así que no copies descaradamente. En palabras de Salvador Dalí: «Los que no quieren imitar nada, no producen nada». Si vas a inspirarte en algo o alguien, dale el crédito que merece y menciónalo. Muestra lo mejor. Si quieres causar una buena impresión, es mejor que muestres algo relevante para la audiencia, ya sea un cliente o tu futuro jefe. Para lograr un portafolio de calidad hay que crear mucho, después elije lo más destacado y después haz el trabajo de pulido final. Recuerda que la cantidad es la madre de la calidad. Sigue aprendiendo. El cambio es lo único permanente en la vida, no te canses de seguir aprendiendo un poco de todo. Vincent Van Gogh decía que las grandes cosas están hechas por una serie de pequeñas cosas juntas.
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