El Astroturfing es la práctica de encubrimiento de patrocinadores de un mensaje o de una organización política, religiosa, publicidad o de relaciones públicas. Es una técnica de marketing que consiste en ocultar al verdadero emisor de un mensaje publicitario o propagandístico con el fin de producir artificialmente algo que debiera ser natural, haciendo creer que se trata de una expresión popular y espontánea. El término Astroturfing se deriva de césped artificial. El resultado de varios estudios sobre Astroturfing sugiere que se puede alterar los puntos de vista públicos y crear suficientes dudas para inhibir la decisión y acción. El Astroturfing usa uno o más grupos de fachada que normalmente se presentan para servir al interés público, mientras que en realidad trabajan en nombre de un patrocinador corporativo o político. El fin de esta técnica es crear popularidad y masividad ficticias a favor de marcas, productos, servicios, ideologías y hasta creencias, para que otras personas estén más abiertas a adoptarlas. El proceso es simple, se crean múltiples identidades en línea y grupos de presión falsos que se utilizan para engañar al público haciéndole creer que la posición del Astroturfer es la opinión generalizada. El Astroturfing puede ser aplicado en diferentes medios, actualmente su fuente de vida son las redes sociales. Conozcamos algunas prácticas digitales: La creación de Astroturfers individuales que dejan comentarios con numerosas identidades sin temor de ser descubiertos. Una de las técnicas más comunes es la compra de seguidores para Twitter, Facebook, YouTube, Google Plus, Instagram entre otras. Twitter bombs que es el envío masivo de mensajes en Twitter con el mismo contenido, generalmente con el objeto de convertir un hashtag en trending topic. Visualizaciones en YouTube y likes de Facebook. Envíos de emails masivos con un mensaje predefinido. Publicación de comentarios en sitios web, blogs y foros, sugiriendo recomendaciones, testimoniales de productos y servicios por parte de clientes satisfechos. El Astroturfing se basa en leyes psicológicas como la ley de la prueba social, la cual nos enseña que los individuos tendemos a considerar válido un argumento cuando otros ya lo han aceptado. El Astroturfing periodístico se sirve de la credibilidad de los periodistas y medios periodísticos, que de manera consciente (periodistas pagos) o inconsciente (difusión de noticias falsas o publicitarias), ayudan a promulgar y masificar un mensaje. Inventar noticias a través de la acción de bloggers, que alcanzan medios de prensa como si se tratara de una noticia real. El Astroturfing político se basa en contratar a personas bien entrenadas para que publiquen continuamente comentarios a favor del gobierno, se seleccionan para este trabajo a personas con altas habilidades comunicacionales. La utilización de usuarios títeres es otra técnica del Astroturfing que comprende a una sola persona que crea múltiples identidades en línea, así da la apariencia de apoyo de las bases, publica comentarios positivos acerca de un producto, comentarios de ataque que critican una organización, o críticas y comentarios negativos sobre los competidores bajo identidades falsas. Actualmente las compañías usan un sofisticado software de gestión para crear ejércitos de Astroturfers virtuales, con direcciones IP falsas. Perfiles de aspecto auténtico se generan automáticamente y son puestos en servicio para una campaña política o corporativa. A medida que el software mejora, estos ejércitos de césped artificial serán cada vez más difíciles de detectar y podrían llegar a ser cada vez más peligrosos. Esta estrategia puede dar resultados infructuosos y quizás hasta vergonzosos, un ejemplo muy conocido fue el caso de Mariano Rajoy en Twitter que obtuvo una avalancha de seguidores árabes en su cuenta. La compra de followers puede generar en poco tiempo una falsa popularidad y es la forma más común de hacer trampa para ganar adeptos; al poco tiempo la popularidad digital de Rajoy se desinfló. ¿Estarías dispuesto a arriesgar tu nombre o marca por alcanzar algunos seguidores o tener una falsa aceptación momentánea? Imagen cortesía Shutterstock
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