La semana pasada fue clave para la nueva relación que llevarán México y Estados Unidos, la cual fue protagonizada, en un inicio, por las órdenes ejecutivas que firmó Donald Trump, y después, por la postura política de Enrique Peña Nieto, la cual fue respaldada posteriormente por Carlos Slim Helú. A partir de ello, inició una serie de tendencias en Facebook y Twitter donde se hacía el llamado a un ‘nuevo nacionalismo’, por decirlo de algún modo, donde la idea principal era apoyar todo lo hecho en México y por ende, ‘decirle adiós’ a lo extranjero.
Al respecto, estoy totalmente de acuerdo con darle una nueva dimensión a lo hecho en México, aunque lo primero que se me vino a la mente fueron las agencias de publicidad, donde pareciera ser que lo mexicano ‘no vende’, pues me ha tocado ver como desprecian el español y nuestra piel morena, para darle paso a lo rubio y al inglés mal hablado.
Pero no me mal entiendan, no soy del ‘equipo Trump’, es decir, yo entiendo perfectamente que vivimos en un mundo globalizado, donde dominar un par de idiomas nos abre nuevas oportunidades, pero también sé que no es necesario hacer un ‘call’ cuando podemos hacer una junta, ni hacer un ‘brainstorm’ cuando podemos simplemente pelotear, incluso prefiero tener una agencia con personal que domine 100% el español, a un grupo de ‘profesionales’ con el 50% de esta lengua (en el mejor de los casos) y 50% de un inglés, en su mayoría, mal aprendido.
Si has estado en una agencia de publicidad, sabes a lo que me refiero, y aunque no ocurre lo mismo en todas, en la mayoría esto es una tendencia, pues he sido testigo de cómo los directivos prefieren hacer una presentación en inglés solo porque ‘así vende más’, y de cómo los apellidos anglosajones superan a los de origen mexicano, pues a la industria se le ha olvidado incluir y darle su lugar a los Sánchez, López, Pérez y demás generaciones que han trabajado, día a día, para hoy sentirnos orgullosos de llamarnos mexicanos.
Y de nuevo, no soy del ‘equipo Trump’, no estoy pidiendo un nacionalismo radical con repudio a lo extranjero, lo que pido es que abramos los ojos y nos demos cuenta de que en estos lugares de trabajo la moda por ‘lo gringo’ nos ha rebasado, que deseamos constantemente trabajar en esas grandes agencias con sede en Los Ángeles o Nueva York, cuando tenemos tanto trabajo por hacer por este país, con tantas ideas por explorar y con tantos sueños por cumplir.
Llámenme cursi, pero yo no soy del ‘equipo Trump’, yo soy del ‘equipo México, de un país con 68 lenguas indígenas nacionales, con un amor eterno por el olor a tierra mojada, y con una dulce obsesión con la muerte, donde la lucha libre es ‘el teatro de los pobres’, y donde sabemos que se nos puede ‘chispotear’, pero jamás le dejaremos de ‘chingar’.
Insisto en que el nacionalismo mexicano debería comenzar en las agencias de publicidad, porque ahí es donde creamos tendencias, donde le damos vida a las ideas, y donde sabemos que los sueños sí se pueden hacer realidad.
Imagen cortesía Shutterstock
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