En nuestra primera entrega, hablamos sobre algunos puntos importantes que el área de Recursos Humanos tiene en cuenta a la hora de convocar sus nuevos Rock Stars. En esta ocasión, veremos algunos ejercicios prácticos a la hora de aplicar los conceptos teórico- prácticos. Bien, así como una persona elige el producto que desea llevar, las compañías toman decisiones basadas en una elección racional y sensata. Bajo esta premisa, extraen a los mejores, pensando que con ellos se obtendrán mejores resultados. No sin antes, haberlos sometido a ciertos entrenamientos.
- Ejercicios y pruebas situacionales en donde se plantee un problema y adaptar la solución: ¿Qué pasaría si en este momento la compañía decide invertir menos en publicidad y acrecentar el monto a la I+D? ¿Qué decisiones tomaría si el buzón de PQR está a reventar? ¿ Cómo podría responder a los stakeholders sobre la última acción de comunicación que generó controversia en todo el mundo? Ese tipo de situaciones prácticas hacen que emular un evento real sea satisfactorio a la hora de escoger el candidato con mayor control sobre la situación planteada.
- Pruebas situacionales de nivel medio-alto de estrés que pongan a prueba su inteligencia emocional: después de haber respondido las preguntas anteriores en un tiempo limitado, sería recomendable sojuzgar al candidato por las decisiones tomadas. Inicialmente es un acto duro, ya que pone a prueba la capacidad de respuesta bajo presión junto con la defensa de sus argumentos. Dependiendo del dictamen se comprenderá si el individuo tomó una decisión pertinente al contexto por el que pasaba la compañía, o si, por el contrario, siente que la determinación que apropio no fue una solución asertiva.
- Llevar a la persona a situaciones de fatiga mental para analizar su capacidad de toma de decisiones: si el candidato llega a este punto cumpliendo con las expectativas y respondiendo objetivamente, se debe agasajar por el deber realizado, no sin antes brindarle otros escenarios que pongan en duda las decisiones que tomó en los dos últimos ejercicios. Por ejemplo: si el personaje respondió que está de acuerdo con que el presupuesto de publicidad sea menor al de I+D, aun así, sus jefes le hayan refutado en duros términos que las ventas llegarían a niveles bajos, se debe generar un contexto alterno para que evalúe nuevamente la situación y le de chance de “corregir” o dejar el plan inicial. Esto ayuda a reforzar la amplitud cerebral al momento de decidir por una opción que se considere “necesaria”.
Bajo la nueva forma de selección y formación, las compañías tendrán un % más amplio de certeza sobre las habilidades y capacidades de sus nuevos Rock stars. Es cierto que todas las empresas aspiran a nombrar el mejor equipo de trabajo, pero la metodología que aplican es inadecuada, sin mencionar que en algunos casos es obsoleta. Un equipo de trabajo eficiente es aquel que tiene bajo premisa la creatividad. Aquel que es capaz de interponer la inteligencia sobre situaciones complejas y buscan la solución que más se adapte a la empresa. De esta manera, obtiene un aprendizaje continuo que les servirá para la toma de decisiones asertivas. Las personas nos dan pistas no de qué piensan, sino cómo lo están haciendo. Analicemos el comportamiento de cada posible “nueva cara” en la compañía y verán que se sorprenderán con lo que observan. Imagen cortesía de Shutterstock
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