El diseño siempre ha existido; ha sido una “herramienta” del hombre para resolver sus problemas y facilitarle la vida. Ha sido una disciplina que ayuda a integrarnos como profesionales, como usuarios y como sociedad. Es un oficio que expresa, construye, conversa y propone. Es un oficio que emprende soluciones, que nos ayuda a visionar. Es un campo lleno de creatividad, libertad de formas, color e ideas. Lo hemos desarrollado gracias a nuestras necesidades que al principio eran de comunicación y de subsistencia; ahora son más complejas. Confundimos el significado de diseño porque es un concepto polisémico y esa confusión tiene que ver con las diversas perspectivas que se tienen. En realidad, algunas minimizan el significado resumiéndolo como simple “herramienta de producción”, lo que nos hace pensar que esto es un oficio contemporáneo, pero no. El diseño ha estado implícito en el ser humano toda la vida, así que deberíamos cambiar la palabra “concepto” por “objetivo”, ¡Claro! Ese objetivo es el hombre. El individuo da sentido, y quizá entendiéndolo, se desenreda la confusión de tanta polisemia. Podemos entender nuestro propio significado pero lo cierto es que hoy el diseño está sobrevaluado, tanto que surgen fuertes cuestionamientos como si llegara la desaparición del oficio, dudas “existenciales” como ¿el diseño tiene futuro? ¿se acabó la creatividad? ¿qué más sigue?… Bueno, de inicio se puede asegurar que no va a desaparecer; La disciplina sigue al igual que la creatividad sigue. Solo es cuestión de re-construir el camino de los servicios, el concepto de los objetos y re-acomodar nuestra propia valoración del diseño (nada fácil por supuesto). La desaparición de nuestro campo sería tan imposible como que dejaran de existir necesidades en los individuos. Recuerden: siempre ha existido y siempre existirá. Todo evoluciona (se complejiza) desde los objetivos, los métodos, las percepciones, hasta los mismos problemas a resolver. Pues bien, el diseño consecuentemente evoluciona, se reinventa y lo sigue haciendo. Hoy es una disciplina que poco a poco ha ido focalizando como mediador del entorno. De hecho, nosotros como especialistas, somos ese mediador, somos los que proyectan y dirigen los esquemas o estructuras que envuelven a nuestra cultura material. ¿Ustedes qué opinan? Cierto que todo ha cambiado e incluso la manera de concebir ideas y objetos, cambia. El mundo se mueve tan rápido que podríamos decir que la innovación (o la creatividad) es muy efímera, pero eso no quiere decir que nuestro campo sea fugaz o tenga alguna “fecha de caducidad”. En lo absoluto. Al contrario, es entre muchas cosas, una estrategia y ha definido nuestro estilo de vida desde siempre. ¡Hasta la próxima! Imagen cortesía de iStock
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