De inicio, si eligen formarse como diseñadores y dedicarse a este oficio, es importante tomar en cuenta que diseño (sin apellido) es una carrera transdisciplinar que se apoya de muchas áreas, por ejemplo están las afamadas matemáticas o las “ciencias exactas” que siempre nos van apoyar en el desarrollo y producción de los diseños, o la administración, que como parte del oficio nos ayuda a gestionar nuestros recursos, nuestro tiempo, costos, etc… ojo, no me refiero a que tenemos que ser “todólogos”, más bien esto implica estar conscientes de que se necesita desarrollar una percepción diferente, abierta y sobre todo una visión que conduce a emprender soluciones. Si nuestra forma de pensar va hacia lo analítico, lo estructural o sistemático, tenemos puntos a nuestro favor, obviamente solo es una parte, necesitamos también ese pensamiento creativo para generarnos una habilidad al relacionar ideas o conceptos. Hasta aquí parece que se describe a un buen estratega, y es esencial en nuestra formación, pero lo que complementa al diseñador es la parte humana, la parte que comunica, llamémoslo “vínculo de empatía” con los individuos. Es todo lo que nos identifica hacia lo sensitivo y nos permite detectar los problemas para darles respuesta. Lo que refiere a la parte del proceso, de la planeación y producción del diseño solo es la parte técnica, es importante pero hay que tener claro que el diseño conlleva mucho más que trabajar en un monitor, en realidad el diseño empieza con la parte conceptual, con lo que pide el cliente pero continúa con la lluvia de ideas, investigación, definición de bocetos, etc., y continúa más allá de la producción del objeto mismo, termina hasta que logramos evaluar la relación del hombre con el mensaje, espacio o producto que diseñamos. Digamos que es un círculo que cerramos hasta que entendemos la función del objeto final ya sea para mejorarlo o para reinventarlo. Dejo abierta la pregunta, por qué ser diseñador, o por qué no? ¿ser o no ser? Es indispensable primero encontrar en nosotros aquellas habilidades que requerimos en el campo creativo, y de ahí vendrá la respuesta, de ahí vendrá la vocación y la convicción de permanecer en este oficio de diseño. Sin embargo, hay que dotarse de paciencia y sortear años de trayectoria para que se perciban los resultados en cualquier área. Si son buenos generando conceptos, si les gusta comunicar, o son creativos para relacionar ideas, o bien si tienen un perfil de investigador, o se les facilita adentrarse con una audiencia, son justo esas habilidades que se convierten en competencias, mismas que ayudan a fluir en cualquier rama de interés para convertirse en el diseñador que les gustaría ser. Al final, bajo mi punto de vista, nosotros los diseñadores tenemos un rol importante en la sociedad, es una carrera para expresar(nos) y significar culturas e identidad, pero sobre todo para integrarnos y mejorar la calidad de vida, es una disciplina muy amplia y muy compleja de sobrellevar y aplicar. Vale la pena ser diseñador? yo digo que sí, tiene muchas satisfacciones y es un oficio muy noble, solamente hay que sabernos conducir ante lo que queremos. ¿Ustedes qué opinan de todo esto?… el diseño es trabajar de forma integral e implica mucha responsabilidad. Imagen cortesía de iStock
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