Hoy en día el branding (para mi movimiento de marca) ha cobrado cada vez más fuerza como la solución para todo y para todos. A un cuando como dice Al Ries (al más grande en cuestiones de posicionamiento) ¨el peor error en el marketing es querer ser el todo para todos¨, el branding no sigue esta regla de uno de los más grandes del marketing en toda la historia, muy posiblemente porque el branding se encuentra en ese borde invisible entre el mercadeo y la publicidad. La mayor función del branding es la de mostrar el poder que tiene una marca, algo que Latinoamérica no entiende, pues luchamos por la libre competencia pero solo entre nuestro país, ¨solo queremos enfrentarnos con aquellos a los que creemos poderles ganar, cuando la libre competencia esta mas allá de nuestras fronteras y mucho mas allá de nuestros mares. Malgastamos nuestra energía en batallas sin fundamento, cuando la verdadera guerra la debemos de luchar en el mercado. Nuevamente remontándome a Al Ries el dice que ¨hoy en día las batallas se libran en la mente del consumidor¨. Posicionar una marca es algo que se consigue con paciencia y constancia, donde el objetivo principal es establecer como quiero que la gente perciba nuestra marca, que les va a trasmitir mi nombre cuando lo oigan. Un buen ejemplo, es pensar en la palabra casa (según nuestra experiencia en nuestro hogar y en especial en nuestra niñez en una gran mayoría es una palabra con una buena percepción), ahora pensemos en Starbucks (se percibe como un lugar ameno para compartir con amigos, donde no solo está en el aire el olor a café, sino que se respira un aroma de intelectualidad). Concibo el branding como la mayor arma en la lucha empresarial, un arma que no puede ser igualada sin importar lo insignificante que esta pueda parecer. Pues al igual que una bomba nuclear solo es una reacción en cadena de neutrones (componente del núcleo de un átomo, junto con el positrón)podríamos decir que nuestra arma es precisamente la bomba nuclear con la cual las empresas intimidan a su competencia; cabe señalar que los países que cuentan con este tipo de armamento son los más poderosos y respetados, y quienes rigen el control de dichas, nada lejos de lo que hacen las grandes marcas al contar con los recurso económicos, humanos y tecnológicos, para registrar todo lo que haga parte de su marca. A un así el símil que hay entre este efecto de cadena de neutrones y el branding es fascinante por lo insignificante que a primera vista podría parecer (un neutrón/un logo). El poder de una marca radica en la conexión que esta pueda establecer con cada componente de la empresa, más allá del departamento de relaciones públicas o una campaña de publicidad. La marca se estructura con la actitud de los empleados, una actitud no solamente limitada en el contacto con los clientes, esta actitud está vinculada con el contacto entre colegas, subalternos y jefes; los valores de la organización que vayan mas lejos de la búsqueda de a quien patrocinar por una labor de mecenazgo; un reflejo visible de una responsabilidad social verdadera, que trasciende los daños que la organización podría generar, a los daños que la sociedad moderna genera. Sin embargo nada de esto a poya la marca si no puede ser percibido, y ahí es donde entra lo que podríamos denominar el positrón de nuestro neutrón el marketing sensorial, quien tiene el deber de comunicar la marca con el mundo exterior. (Algo que abordare en otro artículo). Autor: Wilford Camargo Estudiante de mercadeo y publicidad apasionado por las estrategias de las marcas, tengo un instinto de científico, así que deseo saber el ¨por qué¨ de todo, y en mi campo las respuesta a esa pregunta están en el neuromarketing. Mis escritos estarán relacionados a estrategias, historia y ciencia @wilfor_dc Imagen cortesía de Fotolia
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