Para preparar un manjar es necesario contar con una buena receta, a poder ser de esas que llevan siglos pasando de generación en generación cual preciado y oculto tesoro. Las buenas ideas son el mayor deleite sensorial para los creativos publicitarios, por ello hoy vamos a preparar la receta del éxito de un buen equipo creativo. Vamos a empezar hablando de aquellos ingredientes o personas que son necesarios y de aquellos de los que podemos prescindir. Es como a una buena paella (plato típico de Valencia, España) que, si quieres, le puedes echar limón, pero lo cierto es que perderá todo su sabor. Las buenas recetas, cuanto más sencillas mejor. Ingredientes imprescindibles para esta receta:
- Personas sin vergüenza: para lograr el éxito de un equipo creativo, es necesario que los integrantes sean personas sin un excesivo sentido del ridículo, que no presten demasiada atención a lo que pensarán los demás y sin ningún miedo a equivocarse.
- Personas tolerantes: que no juzguen a los demás ni las primeras ideas y que disfruten trabajando en equipo. Esto se deriva del punto anterior, ya que si no tienes miedo a equivocarte es porque sabes que todos somos humanos y, por tanto, respetarás a los demás y tratarás de potenciar sus ideas en lugar de destruirlas.
- Buen rollo, energía positiva: si mezclamos los dos ingredientes anteriores, personas sin vergüenza y personas tolerantes, conseguir la base del buen rollo será coser y cantar. Para conseguir que esta receta quede exquisita es fundamental que las ideas fluyan, y el fluir nada tiene que ver con la crítica análisis excesivo, por lo que los integrantes del equipo deben sentirse en total libertad de decir tonterías y de hablar sin pensar. Para tener una buena idea es necesario haber barajado muchas otras sin sentido anteriormente.
- Personas capaces de ver lo aparentemente invisible: se dice que ninguna idea es puramente original, sino que las generamos a partir de nuestras experiencias vividas y conocimientos adquiridos a lo largo de la vida. Tanto para tener una idea realmente novedosa como para inventar un artilugio que enloquezca al mercado, se necesita una misma cosa: encontrar la conexión aún no descubierta entre conceptos u objetos (o algunas de sus utilidades) que sí conocemos.
- Mucho salero: “tener salero” o “ser un salado” son expresiones utilizadas para definir a aquellas personas que tienen chispa, gracia, buen humor, actitud positiva… Este ingrediente es muy importante para que un equipo creativo elabore buenas ideas: tener motivación, ganas de trabajar, ser hablador, proactivo… Todas estas cualidades harán que las ideas surjan de manera más libre y que las sesiones de trabajo sean realmente productivas.
- Muchos huevos: para que una idea creativa e innovadora vea la luz del sol es necesario que tanto el equipo creativo, como su director creativo y, posteriormente el cliente, estén dispuestos a asumir riesgos. Para ello, es tan necesario tener valor como que el equipo creativo genere confianza. Cada uno de los integrantes ha de creer en sí mismo y en sus compañeros y en el trabajo que son capaces de desarrollar en equipo. Las personas seguras aportan credibilidad en la transmisión de ideas y son más convincentes.
Artilugios, útiles y herramientas que emplearemos para la preparación de esta receta:
- Sala o habitación relajada: a diferencia de muchas recetas, esta no puede elaborarse entre el fervor de los fogones en una cocina. Para poder cocinar la receta del éxito del equipo creativo, necesitaremos reunir todos los ingredientes imprescindibles en una sala relajada, alejada de las incesantes llamadas y correos electrónicos. Si es posible, esta sala será utilizada únicamente por los integrantes del equipo creativo durante el proceso de creación de ideas, de esta manera evitaremos las interferencias e interrupciones, que podrían frenar o bloquear el proceso creativo en su momento de máximo esplendor.
- Música de ambiente: la música (siempre que se escoja adecuadamente) aumenta la productividad, reduce el estrés y produce el ambiente perfecto para que los integrantes de un equipo creativo predispongan sus mentes para dar lo mejor de ellas. Será necesario evitar siempre la música que interfiera en la conversación o que dificulte la escucha mutua.
- Mucho papel, pizarras y bolis: con el incesante avance de las nuevas tecnologías, a veces olvidamos el cuaderno sin temor, ya que sabemos que si necesitamos anotar algo podremos hacerlo en nuestros teléfonos móviles. No obstante, en lo que al proceso de creación de ideas se refiere, nada como anotar las ideas a mano para conseguir que el trabajo fluya de la mejor manera posible. Será necesario, por tanto, contar con cuadernos, hojas de papel de diferentes colores y tamaños, pizarras de tiza o de rotulador… El equipo creativo deberá elegir los materiales que considere más adecuados para apuntar sus ideas, elaborar mapas conceptuales, tener presentes los conceptos más potentes…
Elaboración de la receta: Una vez reunidos todos los ingredientes e instrumentos imprescindibles en una sala cómoda y relajada, empezaremos a preparar la receta: Antes de trabajar en equipo, será necesario que los integrantes del mismo hayan leído y entendido a la perfección el briefing y, por tanto, las necesidades y requerimientos del cliente. Otra tarea que deberán llevar a cabo individualmente será la de investigación o documentación. El siguiente paso será encender la música y reunir a los integrantes del equipo, colocándolos siempre mirándose unos a otros para facilitar el intercambio de ideas y opiniones. Para que el proceso creativo sea efectivo, los equipos deberán ser reducidos, de entre 2 y 4 personas. En primer lugar, precalentaremos el escáner, la impresora y el ordenador a 180ºC. Estos materiales no son necesarios para el proceso creativo y conviene dejarlos a un lado durante el mismo (pueden suponer una distracción), no obstante, conviene saber que podemos hacer uso de ellos en cualquier momento en el caso de que los podamos necesitar. Puede surgir cualquier inconveniente cuya resolución requiera la tecnología: buscar información en el caso de que alguna idea plantee nuevas dudas que no habíamos resuelto anteriormente, investigar para obtener un listado de posibles canciones para un spot… Comenzaremos la reunión sintetizando los objetivos que se pretende alcanzar y dejando claro quién es el cliente para el que vamos a trabajar. A continuación, empezará el intercambio de información obtenida de la investigación individual. Una vez recapitulada toda la información y los datos necesarios, si la tormenta de ideas no se desata libremente, será necesario emplear herramientas que fomenten la ideación y el intercambio de información, como por ejemplo un mapa conceptual. Es necesario que el equipo conozca los diferentes métodos y herramientas para alcanzar este fin y que tenga a su alcance aquellos que considere idóneos. Cuando el equipo llegue a una idea (o varias) compartida y todos estén convencidos de poder defenderla con total seguridad, será necesario conceptualizarla como eje de la campaña que se requiere. Al finalizar la reunión, serán necesarios unos momentos de seriedad para recapitular los frentes abarcados más atractivos, dejar claro cuáles son aquellos conceptos que más enorgullecen al equipo y, en definitiva, extraer unas conclusiones que servirán como punto de partida de la siguiente reunión del equipo. Por último, como toda receta esta admite modificaciones: como se suele decir, “para gustos, los colores”. No obstante, permitidme que os advierta de algunos ingredientes y útiles que no conviene emplear para evitar posibles indigestiones: hacer uso de ellos en esta receta sería como mezclar Mentos con Coca – Cola. Ingredientes que conviene reservar para otro tipo de recetas:
- Personas excesivamente analíticas y amantes de lo cuadriculado. La organización es buena y necesaria, pero en lo que respecta al proceso creativo, al menos en sus primeras fases, es necesario dejar volar la imaginación sin preocupaciones, reglas ni presión. No es conveniente que el equipo cuente con una persona que cuestione las ideas hasta el mínimo detalle, ya que bloquearía la creatividad del resto e inhibiría su proceso de ideación
- Histeria: si bien es cierto que muchos creativos dicen trabajar mejor bajo presión y que las situaciones de estrés despiertan nuestras capacidades de supervivencia creativa, alcanzar el nivel de la histeria es tan improductivo como ser una persona sin sangre en las venas. Estar excesivamente nerviosos y estresados nublará nuestra mente, no dejándonos pensar con claridad y bloqueando nuestro potencial creativo.
- Problemas personales, baja moral y mal humor: si formamos parte de un equipo creativo no podemos permitirnos llegar cada día contando nuestros problemas y tener una actitud negativa. Somos humanos y todos podemos tener un mal día, pero esto no es lo mismo que estar continuamente de mal humor o viendo el lado negativo de las situaciones. La positividad es fundamental para hacer florecer la creatividad.
- Pereza: para que el trabajo en equipo resulte productivo es necesario que el equipo se componga de personas proactivas y con muchas ganas de trabajar, por lo que las personas perezosas llevarán al resto a sentirse incómodos y, finalmente, frustrados: ¿cómo vas a dar lo mejor de ti junto a alguien que no es capaz de mover un dedo por el resto y por alcanzar el objetivo común?
Imágenes cortesía de iStock
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