Así como se puede aprender de otras ramas propias del diseño, podemos aprender de la ciencia, en particular la ciencia de la medicina, acá les dejo la analogía… Primero debemos aprender a diagnosticar. De inicio se escucha al paciente o cliente. Esta actividad básica, trae consigo una carga de significado donde las palabras nos van indicando los síntomas del problema, y no es más que signos que se deben atacar o preservar. A veces se pueden ver a simple vista, a veces no. Pasa igual en nuestra disciplina, si no entendemos los síntomas (necesidades) del cliente debemos involucrarnos más, debemos analizar, investigar a fondo para darle una solución óptima, un “tratamiento” específico. Para el diagnóstico es necesario evaluar ciertos “estándares” o medición de signos, así como cuestionar al paciente para generar el contexto (la historia). Aquí el objetivo es descartar o no, signos que guían hacia la centro de su problema. En diseño esto puede representar el entorno que deberemos trabajar y en donde se empieza a planear el lenguaje gráfico que vamos a utilizar, observamos qué alternativas podemos proponer a determinada necesidad, o bien qué medio vamos a utilizar y cómo lo vamos a utilizar (impreso o digital por ejemplo) Después de evaluar, y decidir qué tratamiento servirá al paciente, el doctor desarrolla las indicaciones que la persona deberá seguir, es decir, en diseño aquí empieza la retroalimentación, los argumentos, para finalmente aplicar nuestra técnica y materializar el diseño. En ocasiones el doctor dice, lo veo en una semana o dos, ¿por qué? para asegurarse cómo reaccionó al tratamiento, para saber si el problema se resolvió o no. Es decir, en diseño es la culminación del proceso creativo, el proceso que ya se materializó y daremos seguimiento, por ejemplo, una campaña publicitaria que se revisa y se desarrolla en varias etapas para conocer la reacción del público. El objetivo es decidir si las siguientes fases serán bajo el mismo discurso (enfoque), o qué tipo de modificaciones deberá sufrir el mensaje publicitario, etc. Obviamente a veces serán imperceptibles las modificaciones, otras cambiará radicalmente. Ahora bien, bajo este último planteamiento, el doctor al paso de los “quince días” y después de reevaluar, en un mayor porcentaje la medicina resolvió el problema, pero…¿qué pasa si se resolvió y sin embargo surgió otro malestar, cuando la medicina tuvo “reacción secundaria”?, seguro el doctor cambiará el tratamiento. En nuestro campo son los aspectos que no podemos prever y se pueden dar por dos razones: no lo podemos saber hasta aplicar las siguientes etapas de la estrategia de diseño (esto ligado al diseño de productos o marcas), o bien, surge por que no hubo buena comunicación en nuestro objetivo, hubo vacíos en la investigación y por ende no se transmitió bien el mensaje… y si fue así habrá que rediseñar el logo, la portada, la foto, o la imagen de toda una empresa! Me despido, recuerden no es que el diseño sea una receta, pero sí puede mejorar la calidad de vida del hombre, soy Erika, ustedes qué opinan. ¡Hasta la próxima! Imagen cortesía de iStock
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