Estamos por comenzar el año con nuevos retos e ideas, con ganas de cambiar lo que hicimos mal anteriormente y emprender con otra actitud. Eso sería el pensamiento que la mayoría tendríamos viendo la situación con la mejor perspectiva. Pero ¿qué pasa cuando entramos a la realidad y no enfrentamos a los mismos clientes y esa emoción comienza a bajar? La diseñadora, autora y educadora Ellen Shapiro describe a un buen cliente como una persona que tiene “visión, una buena historia y un buen presupuesto”. Ellen considera que los clientes difíciles son necesarios ya que son los que realmente sacan lo mejor del diseñador y permiten explorar nuevas alternativas y salidas para los proyectos cotidianos. Una de las grandes preguntas que nos hacemos es ¿Cómo saber quién es un buen cliente? La firma consultora ReCourses, dirigida por David C. Baker, ha tenido experiencias haciendo estos análisis a diferentes diseñadores y agencias, ellos sugieren varias técnicas en el momento de las primeras reuniones, por lo general el prospecto preguntará – ¿Cuánto costará? Entonces una de las mejores respuestas es tratar de dar valores promedios, puede costar entre X y Z así al ver la reacción sabrán si está dispuesto a invertir o solamente está cotizando sin tener idea de cuánto le puede costar. Tampoco todo es dinero, también se pueden hacer ciertas sugerencias al momento de platicar con el prospecto y esto les permitirá saber si está abierto a sugerencias e ideas o solamente será lo que él dice sin tomar en cuenta opiniones que den valor. Por eso aquí les dejo 5 consejos muy interesantes que David Baker menciona, que me han funcionado mucho para filtrar mejor mis clientes y espero a ustedes también les funcione para dar ese salto en el mundo de los negocios. Que sea rentable Esto es uno de los más difíciles, conseguir que un cliente sea rentable. El cliente no puede esperar que el diseñador haga trabajo de alta calidad sin tener los recursos necesarios, Baker recomienda buscar clientes que den la oportunidad de crear un impacto significativo en la situación del diseñador, tratar de hacer una relación apropiada para ambas partes y darle a entender el valor que como diseñador se le puede aportar a su proyecto. Que tenga experiencia Cuando se habla de experiencia no es solamente que el cliente la tenga en su rubro, sino también de haber trabajado anteriormente con diseñadores, eso ayudará a que la curva de aprendizaje sea más suave y fácil de llevar, esto evitará de cierta forma ahorrarte el tiempo de educar al cliente acerca de los procesos, el valor de tu trabajo y las responsabilidades compartidas. Hay ciertos clientes de los que tienes que cuidarte: Los que nunca han trabajado con un diseñador, clientes que no tienen control sobre el presupuesto y clientes que no son directos con el presupuesto que se maneja, al final te harán dar vueltas y vueltas sin darte el trabajo y te quedarás solo con las ganas. Que sea decisivo Un cliente decisivo ahorra tiempo, por ende dinero. Los clientes decisivos saben lo que quieren y tienen un conocimiento bien cimentado de sus objetivos como empresa y de las necesidades de sus clientes, también sabe lo importante del buen diseño para el desarrollo de su empresa. Con un cliente así te vas ahorrar muchos dolores de cabeza (y dinero). Que sea de mente abierta Este sin duda es uno de los grandes problemas con el que nos enfrentamos día a día, el cliente contrata al diseñador porque tiene una buena “idea” pero no sabe cómo ejecutarla. Este es un talón de Aquiles para los diseñadores, pero como cualquier otro profesional, el diseñador debe mantener sus valores y estándares. Sin esos estándares el diseñador se convierte en un simple ejecutor, es importante darle a entender al cliente desde el principio que como diseñadores podemos aportar más, desde ideas hasta propuestas de valor que potenciarían la idea del cliente. Esta etapa se tiene que hacer con mucha diplomacia y saber en qué punto de la relación se ésta con el cliente para dar el paso, es recomendable entrarle con preguntas no muy comprometedoras que den pistas para saber cuáles son sus puntos débiles. Que sude la camisa contigo Muchas veces el diseñador y el cliente se ven como equipos rivales y eso más que ayudar solo enreda la relación, en ese momento es cuando el diseñador comienza a separar al cliente del proceso creativo y el cliente solo espera que el diseñador haga su parte de finalizar y entregar. Es importante que haya una relación en la cual ambas partes puedan dar sus opiniones y llegar un punto medio para beneficio del proyecto y sus objetivos. Para terminar tenemos que tener en cuenta es muy importante saber que este tipo de clientes no lo conseguiremos de la noche a la mañana, pero si sería bueno que comenzáramos a buscarlo y analizar mejor con quien vamos a trabajar. Al final no todo es dinero, muchas veces hay prestigio de por medio y es válido, pero les recuerdo que al final del día lo que lleva la comida a la casa es el dinero. Si tienes más ideas que puedan aportar a conseguir mejores clientes por favor compártanlas para que también las pongamos en práctica y aprendamos todos. ¡Éxitos! AUTOR Rafa López ¡Hola Mucho gusto! Soy socio fundador de una agencia de Inbound Marketing, apasionado por el diseño limpio, la tipografía y las redes sociales. Me gusta compartir lo poco que se y aportar mi granito de arena cuando se puede. Seguime en Twitter: @rafa20 Imagen cortesía de iStock
Comentarios